El empate entre el PSOE y el PP para la elección del presidente de Asturias cotiza al alza el voto de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera ha pasado de tener un papel casi testimonial en el Principado tras el 24-M a verse en la tesitura de resultar decisivo para la investidura del próximo presidente del Gobierno autonómica por la situación de enroque en los tres partidos de la izquierda y la sorpresiva confluencia de las dos fuerzas de la derecha. De momento, las organizaciones de todos los partidos tienen apalabradas reuniones para mañana y el martes pero no se han producido movimientos que revelen un cambio de posición respecto a la votación del pasado viernes en la Junta General.

La prioridad del PSOE de buscar una mayoría de centro-izquierda (frente a los 14 votos que suma el PP con el apoyo de Foro) que ya planteó el presidente en funciones, Javier Fernández, al término de la votación del pasado viernes, choca con las intenciones de Podemos e IU. Para el partido morado la situación no ha variado un ápice, sus exigencias se mantienen y su abstención también, según confirmó ayer un portavoz de la formación. La FSA debería dar un giro de 180 grados a sus políticas y aceptar unas exigencias de regeneración democrática (en las que el caso de El Musel puede entrañar un obstáculo insalvable) y poner en marcha medidas concretas del rescate ciudadano, sobre todo las relativas a combatir los desahucios, la pobreza energética y las necesidades en alimentación infantil. Podemos no cierra las puertas a un entendimiento con el PP aunque, en realidad, lo vea harto improbable. La propia Mercedes Fernández no aspira a más que la abstención podemista ya que también se ha mostrado reacia a acuerdos "contra natura".

IU insiste en "un acuerdo sólido, a tres bandas" que respete la voluntad de los asturianos en las urnas y se traduzca "en políticas programáticas de izquierda y en medidas de regeneración", según recordó ayer su coordinador general en Asturias, Manuel González Orviz. Las bases de la coalición votaron a favor de la abstención pero tras el empate del pasado viernes algunos "pesos pesados" de la organización se han mostrado receptivos a un entendimiento con el PSOE para evitar que se repita la situación de 1995, cuando la falta de sintonía entre IU y el PSOE facilitó el primer Gobierno de la derecha en Asturias,

La FSA tiene la intención de reunirse con Podemos e IU el lunes pero esos encuentros están aún sin cerrar, hasta el punto de que desde el partido morado precisan que "no hay ninguna prisa" en entablar esas conversaciones.

En esa situación de enroque de la izquierda, con estrecho marcaje entre Podemos e IU incluido, adquiere mayor importancia el rol que pueda desempeñar Ciudadanos. El partido de Albert Rivera manifestó el viernes su disposición al diálogo, tanto con el PSOE como con el PP y ya tiene apalabradas reuniones con dirigentes de ambas organizaciones, aunque todavía están sin cerrar, pues "las largas" de Podemos afectan al cronograma previsto por la Federación Socialista Asturiana (FSA). La candidata del PP, Mercedes Fernández, movió ficha el pasado viernes y propuso una reunión al portavoz de Ciudadanos, Nicanor García, en un principio aceptada para ayer sábado pero pospuesta en última instancia para el lunes con el pretexto de que los dirigentes de Ciudadanos debían viajar a Madrid, donde estarán hoy para participar en la proclamación de Rivera como candidato a la Presidencia del Gobierno de cara a las elecciones generales de este año. En este cónclave, en el que estará la cúpula del partido naranja, se hablará con toda seguridad de la situación de Asturias.

Ciudadanos tiene clara su hoja de ruta en la elección del presidente del Principado. La primera condición, de cumplimiento preceptivo para mantener la negociación y el diálogo, es la aceptación y asunción de su decálogo sobre la regeneración democrática, un documento que incluye, entre otras medidas, la separación inmediata de cualquier cargo público o del partido imputado por corrupción política y la responsabilidad subsidiaria patrimonial de los partidos políticos en casos de corrupción de sus cargos públicos. Una vez firmado ese decálogo, como ya ha sucedido en otras autonomías donde también estaban en juego apoyos para la investidura, como son los casos de Madrid y Andalucía, Ciudadanos entraría en la negociación tomando como base su propio programa electoral en Asturias y los posibles puntos de coincidencia con su interlocutor, ya se trate del candidato del PSOE o del PP.