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Jorge Valcárcel: "La gente vive con incertidumbre, pero queda China para rato"

El arquitecto ovetense nota una "bajada drástica" de los proyectos de obra

Jorge Valcárcel, en su casa de Nanluoguxiang.

La construcción, hinchada por la inversión pública, ha sido uno de los motores de China en los últimos años. El arquitecto ovetense Jorge Valcárcel, de 29 años, lleva cuatro en Pekín planeando grandes obras.

"Durante el último año he notado una bajada drástica en la cantidad de obras que ejecutamos y también en la demanda de profesionales extranjeros. Se ha reducido la cantidad y ha aumentado la calidad", afirma Valcárcel, que añade que "la clase empresarial China, entre ellos mi jefe, opina que, lejos de ser un vaivén del mercado, todo se debe a las directrices del gobierno, que afirmó que su intención era aumentar la competitividad y alcanzar un crecimiento más sostenible a largo plazo".

El arquitecto ovetense señala que el crecimiento de China se ha desacelerado, pero opina que "aún queda China para rato". "Tiene empresas muy competentes, muchas de ellas totalmente asentadas globalmente, y un mercado interno de casi 1.500 millones de personas", resalta Valcárcel, que en referencia a su ocupación destaca: "China todavía tiene una tasa de urbanización del 50% aproximadamente, frente a las tasas cercanas al 90% que presentan las países desarrollados, de modo que todavía queda margen de crecimiento para décadas".

A pie de calle, Valcárcel apunta que la actual situación "se percibe con incertidumbre y hay cierta preocupación, por supuesto. China lleva muchas décadas de boom económico y la población por lo general desconoce lo que es una crisis, ya que nunca ha experimentado las subidas y bajadas cíclicas que han sufrido las economías occidentales desde el siglo XX. De todos modos ya quisieran todos las países tener un crecimiento cercano al 7%".

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