El filósofo estadounidense Henry David Thoreau hacía en su obra "Walden" (1854) la siguiente reflexión: "Fui a los bosques porque quería vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuese vida. Para no darme cuenta, en el momento de morir, que en realidad no había vivido". El fotógrafo y naturalista José Díaz (Oviedo, 1966) suscribe sus palabras. Asegura que la vida actual, esa de frenético progreso, en la que "la realidad real está siendo sustituida por la virtual", le decepciona. Como hizo Thoreau hace 170 años, Díaz se desconectará de ese mundo y vivirá aislado durante más de tres meses en una cabaña del parque natural de Redes. El asturiano grabará su experiencia en vídeo con el objetivo de escribir un libro y producir el documental "Cien días de soledad", que verá la luz a finales de 2016. "Psicológicamente sé que será duro. Dejo un trabajo y a mi mujer y a mis tres hijos. Pero pienso que lo que voy a vivir allí es un sueño. Estaré en mi paraíso, en el lugar más bello del mundo", explica.
A ese paraíso llegará José Díaz mañana con una "pequeña despensa de alimentos": proteínas y fruta. Lo demás lo tendrá que obtener del medio natural. "Nunca se está preparado para vivir una experiencia así. La cabaña está en la zona menos conocida y transitada de Redes. Hay mucho bosque y fauna. Tendré tiempo para pensar, para valorar lo que tengo y para conocer el camino que tomaré en los próximos años", sostiene. José Díaz, que tiene un negocio de decoración, confía en que su viaje a la Asturias profunda sirva para demostrar que sin las nuevas tecnologías se puede ser feliz. "Yo vivo en La Fresneda (Siero) y me asombra cruzarme por la calle con gente que ni te mira a la cara, que simplemente está pendiente de la pantalla del teléfono. No les importa lo que sucede a su alrededor, si llueve, si hace sol... Somos esclavos del sistema y yo me niego a serlo, de hecho no utilizo nunca el móvil", asegura.
Los "Cien días de soledad" de José Díaz concluirán el próximo 19 de diciembre con un concierto en la cabaña, a cargo de una orquesta sinfónica. El ovetense cuenta que eligió este período (11 de septiembre-19 de diciembre) porque es la época en la que más cambios se producen en la naturaleza: el sol del verano, el color del otoño y las nevadas del preinvierno. Durante su aventura, Díaz grabará con su cámara rebecos, corzos, ciervos, zorros, jabalíes, lobos, gatos monteses e incluso osos. Todo ello dará color a sus relatos en un largometraje de 80 minutos, que se proyectará en los cines a finales del año que viene de la mano de Wanda Films. "Es una productora española, pero de ámbito internacional. Hace todo tipo de cine y desde hace unos años también documentales de naturaleza. Todavía no me creo que el protagonista del próximo vaya a ser yo", dice. El fotógrafo espera que el vídeo sirva también para "valorar la herencia rural que nos han dejado nuestros antepasados y conservarla". "Quiero rendir homenaje al paisanaje de Caso, los protagonistas de tantas historias que escuche de guaje y que me enamoraron", concluye.
