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BELÉN FERNÁNDEZ | Consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Principado de Asturias

"Todo apunta a que la variante de Pajares abrirá después del verano de 2016"

"El acuerdo de investidura con IU es mi hoja de ruta sobre la incineradora: vamos a revisar de nuevo todas las alternativas para tomar una decisión"

Belén Fernández, en un momento de la entrevista. JULIÁN RUS

La candasina Belén Fernández (1963) repite como consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente en la legislatura que comienza.

-León estrena AVE. ¿Cuándo festejará Asturias la apertura de la variante de Pajares?

-Es la historia interminable. El tránsito entre el mundo fantástico de las visitas del Ministerio de Fomento a Asturias, diciendo que hay dinero y voluntad para acabar las obras, y la realidad actual. La información que manejamos es que faltan actuaciones de impermeabilización, estabilización del talud de Campomanes, equipación, electrificación y montaje de vías. Todo apunta a que discurrirá el verano de 2016 antes de que entre en servicio. Habla Mercedes Fernández de que la Variante está al caer. Yo diría que está al caer de la agenda del gobierno de España, porque es evidente que éste no la va a poner en servicio.

-Se queja de los incumplimientos, pero buena parte de la oposición achaca los retrasos a que el Gobierno regional no presiona en Madrid...

-Hay una presión constante desde el primer momento. Personalmente, desde el verano de 2012 he estado reivindicando por todos los medios al alcance, utilizando los cauces parlamentarios y políticos dentro de las premisas básicas de las relaciones entre el Principado y el Ministerio, estas infraestructuras con total determinación. Lo cierto es que nos encontramos muchas palabras, pero pocos hechos.

-¿Qué tipo de Alta Velocidad necesita Asturias?

-Reivindicamos las características que reconoce para Asturias el reglamento de la red transeuropea de transporte. Para la Variante hemos batallado mucho en la defensa del tráfico mixto, porque, de no ser así, tendríamos que seguir metiendo las mercancías por La Perruca, un túnel del siglo XIX. Para el trazado hasta Gijón aspiramos a una red interoperable para incorporarnos a los circuitos europeos, con tráfico mixto de Alta Velocidad para los viajeros y para 100 kilómetros a la hora en el caso de las mercancías, además de unas características de la vía que permitan piezas de 740 metros de longitud.

-Las cercanías caen en picado. ¿Qué se puede hacer?

-Al igual que el AVE o la Variante, no se trata de una competencia directa nuestra. Pero tenemos un planteamiento para potenciar este medio de transporte. Proponemos, por un lado, intervenciones en las infraestructuras con variantes de trazado y duplicaciones de vía. Por otro, mejoras en la gestión, apostando por servicios semidirectos adicionales para ganar en frecuencias y en rapidez. Se trata de un reto irrenunciable e inaplazable. Las cercanías mueven hoy en Asturias 7,5 millones de viajeros al año. Con la planificación que proponemos podrían llegar a 16 millones. Y sumar otros dos millones más, en el caso de que se penetre con ambas redes en la ciudad de Gijón.

-¿Aboga por el cierre de los apeaderos con menos uso?

-Hay dos maneras de enfocar la cuestión. Ahora se gestiona la oferta en base a una demanda que nadie se preocupa de potenciar y esa deriva puede llevar irremediablemente a cierres. Otra manera de hacer las cosas es lo que nosotros planteamos. Consiste en gestionar para que la demanda crezca y que no haya razones para cerrar apeaderos o estaciones.

-¿Qué le parece el acuerdo entre Fomento y Gijón para el plan de vías de la ciudad?

-Para empezar, una notable falta de lealtad. El Ministerio se reunió primero consigo mismo y, después, con una de las tres administraciones involucradas en el proyecto. El Principado, con un 25% de participación y que ha asumido hasta 13 millones de euros en préstamos para sacar adelante la sociedad, también con compromisos de inversión directa, ha quedado marginado. En el fondo, se trata de un ejercicio de oportunismo político. Un pacto entre las derechas para posponer de manera indefinida la estación intermodal.

-¿Cuándo tendrá acceso la Zalia?

-Trabajamos con la idea de que en 2017 entre en servicio el de La Peñona.

-Se le nota pesimista respecto a la autopista del mar...

-Pesimista si me atengo a la implicación institucional del Ministerio para su reanudación. Optimista si valoro objetivamente el proyecto. La naviera tuvo una conducta cuestionable, pero la proactividad de los gobiernos para evitar su interrupción, o para que se reanudase, ha brillado por su ausencia.

-¿Se está beneficiando a Vigo a costa de Gijón?

-Eso tiene que preguntárselo al Ministerio. La autopista tuvo buenos resultados durante cuatro años y la de Vigo no salió adelante hasta que no se interrumpió la de Gijón.

-Los planes de litoral y puertos han sido muy criticados. ¿Están cerrados?

-En absoluto. Ha habido tres periodos de información pública, pero es verdad que hay dos actores principales -las cofradías y los clubes- que no fueron particularmente consultados. Estamos ahora en el proceso de atender sus reivindicaciones. Vamos a hacer una ronda de encuentros para cerrar las propuestas de común acuerdo. Lo importante es aprobar un documento consensuado y que garantice una planificación que responda a las necesidades de los puertos.

-Pese a las dificultades presupuestarias, ¿qué prioridades se marca en carreteras?

-Invertir en infraestructuras en un contexto de escasos ingresos, agravado por el injusto reparto del déficit, por los 213 millones de fondos mineros que el Estado no nos paga, y por la necesidad prioritaria de atender políticas sociales, no es fácil. Quiero priorizar la conservación, con más del 55% de la inversión. También promover obras que ayuden a la economía productiva, como la autovía Bobes-San Miguel de la Barreda o los accesos a la Zalia por El Montico, pero sin olvidar carreteras que mejoren la conectividad. Ahí entra el acondicionamiento de Infiesto-Campo de Caso, la AS-233 entre El Escamplero y la Granda, y la variante de Posada.

-¿Habrá incineradora?

-Se me atribuye mucho el tema de la incineradora, pero es un proyecto que nació en 2003, dentro de una planificación aprobada por unanimidad del Principado y de los ayuntamientos, antes de que yo llegase a la política. Cogimos aquel testigo al entender que era un proyecto viable y lo metimos en un plan que ha sido tumbado en el juzgado. El tiempo político en el que estamos aconseja revisar nuevamente las alternativas para tratar la fracción resto. Hay un compromiso de investidura con IU que tengo como hoja de ruta. Vamos a trabajar en el análisis de las alternativas y, a partir de ahí, se tomarán las decisiones. Resolver el problema de la fracción resto exige instalaciones adecuadas y eso requiere la responsabilidad de todos.

-Los ecologistas han denunciado recientemente el alto nivel de contaminación del aire en el centro de Asturias. ¿Hay motivos para la alarma?

-Se han producido manifestaciones alarmistas sobre la concentración de óxidos de azufre, pero lo cierto es que los datos de nuestra red de medición están dentro de lo que marca la normativa estatal y europea. El problema que persiste en Asturias, aunque ha habido avances, es con las partículas de diámetro inferior a diez micras y está muy localizado en el entorno del puerto de Avilés, sin extenderse a los núcleos de población. Los datos de 2014 confirman que la avenida de Argentina de Gijón ha dejado de ser un "punto negro" y en Avilés también se aprecian mejoras evidentes. Los planes del Principado están dando resultados.

-La legislatura nacional acaba. ¿Cómo ha sido su relación con la ministra Ana Pastor?

-Tan cordial como infructuosa. Se podría resumir en aquello de ni una mala palabra ni una buena acción. Hay evidencias notables de que el Gobierno de Rajoy ha maltratado y colocado a Asturias en lo último de la fila.

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