Todos tienen una nota media superior al 9 en sus cuatro años de la ESO. Era requisito indispensable para presentarse a los premios al rendimiento organizados por la Consejería de Educación. Las actas de calificación, hechas públicas ayer, ponen en orden a los mejores alumnos de la Secundaria Obligatoria en Asturias.

Adriana Méndez Fernández es gijonesa, tiene 16 años y reconoce que le harían falta unas horas más cada día. Comenzó primero de Bachillerato (rama de Ciencias de la Salud) en el IES Río Piles de Gijón. Su nota final, resultante de la media de su currículo y de la calificación de las pruebas realizadas el pasado día 1, es la más alta de los participantes: 16,20 puntos.

Adriana estudia sexto curso del grado profesional de piano y chelo. Sus padres son pianistas, por lo que hay que suponer que el destino lo tenía más que marcado. "Mi madre es profesora en el Conservatorio de Gijón y mi padre en el de Oviedo, así que estudiar piano era casi obligado", dice. Lo del chelo es elección personal. Toca en la orquesta del Conservatorio, en la Orquesta Filarmónica de Asturias (OFA). La música le exige cinco o seis horas de dedicación diaria, "y me debería llevar más tiempo, pero es imposible".

Tiene de nota media en la ESO un 9,70 y duda sobre sus estudios posteriores porque le gusta "todo", desde las matemáticas a la lengua. "Es que no podría quedarme con una asignatura en concreto".

Con esa nota y habiendo iniciado el Bachillerato de Ciencias de la Salud alguien podría pensar que Adriana Méndez apunta a Medicina. No parece. Le queda tiempo.

-¿Y la música?

-No la descarto, me encanta. Quiero hacer los cuatro años en el Conservatorio Superior. Es un esfuerzo porque son muchas horas de estudio, pero merece la pena.

Adriana tiene una hermana pequeña, ya en la ESO, también en el IES El Piles (a la sombra de El Molinón, como quien dice) y también en el Conservatorio. "Estudia violín y piano".

Almudena Martín Vélez aún tiene 15 años. "No cumplo 16 hasta el 20 de noviembre", pero ha conseguido la segunda mejor calificación global, con la también segunda nota más brillante en la prueba de rendimiento. Vive en Oviedo, estudia en el colegio Peñamayor y acaba de iniciar el Bachillerato científico.

"Me gustan las matemáticas y la física y química", dice esta adolescente a la que le encanta la natación. "Voy siempre que puedo a las piscinas del Parque del Oeste".

A la prueba de excelencia de la ESO acudió, reconoce, relajada. "Es que tenía un examen de Química al día siguiente", y ése sí que le interesaba. No se encontró con una prueba difícil. "Nos preguntaron cosas de Historia, centradas en el siglo XX, que habíamos visto a lo largo del curso".

Almudena no se aburre ni en clase ni en casa. "Tengo siete hermanos y seis son más pequeños que yo". Incluso en estas circunstancias, ella tiene tiempo y tranquilidad de ambiente para abordar los deberes diarios.

Sergio Pereira Vila presenta una tarjeta de visita como para quitarse el sombrero: un 9,95 de nota media en la ESO.

-Esas cinco décimas... ¿en qué se fueron? Es por curiosidad.

-Pues que saqué un 9 en Física y Química y en Inglés en el cuarto curso.

Sergio, 16 años, gijonés y alumno del colegio Corazón de María (Codema), logró la tercera mejor nota final tras las pruebas de excelencia de la ESO, con un 15,22. Reconoce un pequeño talón de Aquiles: "La Historia, la verdad, no me gusta mucho", pero se manejó muy bien con ese apartado histórico del examen autonómico: "Teníamos que explicar el contexto de la Guerra Civil española".

Empezó este año el primero de Bachillerato por la rama tecnológica. "Me gustaría hacer algún tipo de Ingeniería, me gustan mucho la Aeronáutica y las Telecomunicaciones, pero no lo tengo claro. Aún me quedan dos años para decidirme", apunta Sergio, que es hijo único y que asegura tener tiempo para mantener disciplina horaria semanal fortaleciendo músculo en el gimnasio.

Tan sólo seis alumnos de los 49 presentados lograron superar el 5 en la calificación de la prueba, que tenía un apartado histórico y uno de Lengua (la relación entre el rap y el pop aludiendo a las letras de las canciones). La segunda clasificada en la nota final (nota media más nota de prueba: 15,67) fue Almudena Martín Vélez, alumna del colegio Peñamayor, de Siero.

Entre los diez mejores alumnos también hay hueco para representantes del IES Juan de Villanueva de Pola de Siero, el IES de Pando de Oviedo, el IES Astures de Lugones y el IES Emilio Alarcos de Gijón.

La de ayer fue una jornada de ésas que se califican de gloriosas para un colegio asturiano. El Codema de Gijón logró meter a cuatro de sus alumnos entre las diez mejores notas de los premios de la ESO.

Junto a Sergio Pereira, otros tres compañeros de curso y colegio se metieron en ese top-ten de los mejores de la Secundaria: Jácome Costales tuvo la sexta mejor nota; Virginia Hevia, la novena, y Llara Almajano, la décima. Todos por encima de los 14,30 puntos.

A las pruebas se habían presentado 29 chicas y 20 varones. Los resultados demuestran una vez más la homogeneidad del sistema educativo asturiano en relación con las dos redes, la pública y la privada concertada.

Los tres principales protagonistas de esta historia coinciden en una opinión: de nada sirve el talento si no va acompañado de mucho esfuerzo y voluntad.