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"Esto es un descontrol total"

Los aspirantes a conductores están hartos de perder días al acudir a exámenes prácticos que al final no se celebran y que les suponen gastar más dinero

El avilesino Andrés Rodríguez, junto al coche de la autoescuela. RICARDO SOLÍS

"Esto es un descontrol total". Con esta frase describen las autoescuelas de la región el atasco que vive el sector desde que el pasado 14 de septiembre los examinadores de Tráfico iniciasen una huelga en todo el país. A consecuencia de ello, los alumnos sufren retrasos de más de una semana en sus exámenes y si encima suspenden aún es mayor. Los futuros conductores andan con un cabreo monumental por el caos que esta situación les genera, ya que deben pedir permiso en el trabajo o en la Universidad sin ni siquiera saber si ese día van a poder sentarse delante del volante o no. Todo depende de la hora de la prueba. "Si les toca a las nueve de la mañana, bien, pero si es a las doce menos cuarto, malo", expone Isis Díaz, de la autoescuela La Florida, en Oviedo. Los evaluadores que secundan el parón acaban su jornada laboral a las doce. "Todos los días se quedan chavales fuera y eso les afecta lógicamente; muchas veces van para nada", sostiene Rubén Castro, de la autoescuela Mieres.

Uno de esos chavales es el ovetense Ignacio Álvarez, de 21 años. El joven cuenta que tenía solicitado el examen para el día 22 de septiembre, sin embargo, no pudo hacerlo hasta ayer. Es decir, en su caso, el retraso fue de veintiún días. "Ya perdí varias clases y no estoy como para sufrir esa situación", se queja Álvarez, estudiante de un módulo de grado superior. "El mayor problema que tenemos ahora es que no te avisan y al final vas a perder el tiempo", lamenta. Y también el dinero. "A causa del retraso, tuve que dar tres o cuatro clases más y siendo estudiante, eso fastidia bastante", agrega. Para colmo, Álvarez no aprobó ayer y sus profesores de momento no pueden darle una nueva fecha. "Dicen que no saben, que lo más seguro es que tenga que esperar dos semanas", matiza.

El avilesino Andrés Rodríguez todavía no ha pasado por el calvario del carné de conducir, pero cada vez lo ve más cerca. Está haciendo las clases prácticas en la autoescuela Sabugo con el propósito de presentarse al examen la semana que viene. Un compañero de la carrera ya le ha advertido de la situación: perder días de clase y no examinarse. "Eso nos puede retrasar bastante, porque luego tenemos que andar recuperando las horas perdidas", dice Rodríguez, de 18 años y estudiante del grado doble de Física y Matemáticas en la Universidad de Oviedo.

Las autoescuelas asturianas son conscientes de ese malestar y paran los golpes como pueden. "Mucha gente trabaja y nos dice que no puede seguir con el carné, porque su empresa no les da más permisos. Es lógico", asegura la profesora de un centro docente de Oviedo. Pero ello repercute luego en los ingresos. "Otros dejan de dar clases hasta que vuelvan a tener el examen y eso ralentiza el proceso de aprendizaje. No es lo mismo estar de continuo que andar con parones", afirman Rubén Castro, responsable de la autoescuela Mieres. Para los docentes, la huelga ha traído debajo del brazo más trabajo administrativo. Ahora, además de gestionar la fecha de los exámenes de sus alumnos, tienen que solicitar otras diferentes para los afectados por la huelga.

Aun así, las autoescuelas regionales reconocen que el problema del Principado no es tan grave como en otros puntos del país. "Aquí, dentro de lo malo, hay unos servicios mínimos. Y si no examinan esta semana, lo normal es que lo hagan a la siguiente. Además, dan prioridad a los afectados por el parón de Tráfico", manifiesta otra profesora. Del total de la plantilla, los responsables de las autoescuelas aseguran que hay al menos tres funcionarios -dos en Oviedo y uno en Gijón- que no secundan la huelga y que desarrollan su jornada laboral al completo, hasta las tres de la tarde. No obstante, lo habitual es que el alumno se quede tirado en la cuneta y sin su esperado carné de conducir.

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