Los gozoniegos recuperaron anoche la tradición de la "Noche de las ánimas", con decoración en las calles y huertas con las verduras talladas, que sirvió para dar, literalmente, calabazas a la importada costumbre estadounidense de Halloween. A diferencia de los niños de La Fresneda, los luanquinos salieron al parque Zapardel en una jornada en la que también se invitó a los los hosteleros a preparar platos de desgustación de esta época del año como fritos, purés o potajes de calabaza con el fin de instituir "estos actos festivos que antaño contribuían a romper la monotonía de la vida del campesinado". "Halloween es una fiesta de los americanos, que se la queden ellos", proclamó Cristina Hernández, de la comisión de festejos San Jorge de Heres.