El director general de Salud Pública del Principado de Asturias, Antonio Molejón, ha defendido este jueves la estrategia de Asturias en lo relativo a la vacunación contra la tosferina. A su juicio, se trata de la mejor opción para hacer frente "a los problemas de provisión" de vacunas.

A través de una nota de prensa, ha recordado que en Asturias se vacuna a las mujeres embarazadas contra la tosferina desde 2014, con el objetivo de proteger a los gestantes en sus primeros meses de vida, el periodo en que esta enfermedad puede ser más grave y provocar mayores complicaciones.

Además, el Gobierno de Asturias, ante los problemas internacionales de suministro de estas vacunas, acordó el pasado mes de mayo suspender temporalmente la dosis de recuerdo que se aplica a los niños a los seis años de edad, precisamente para garantizar la disponibilidad para las mujeres embarazadas.

Ante esta situación de escasez, Sanidad también ha suspendido temporalmente las recomendaciones especiales de esta vacuna para el personal de las áreas de Obstetricia y Pediatría.

"Protegemos a los recién nacidos, a través de la inmunoprotección transmitida por sus madres, en el momento en que esta enfermedad puede presentar más riesgos, para garantizar la cobertura de los gestantes hasta los dos meses, que es cuando se les puede aplicar la vacuna. Y, por supuesto, nos comprometemos a vacunar a los niños de seis años y a todos los que no hayan recibido en su momento la dosis de recuerdo en el momento en que se haya normalizado el suministro", ha dicho Molejón.

En cuanto a la incidencia de esta enfermedad, en lo que va de año se han declarado 25 casos de tosferina en Asturias. Son cifras superiores a los de ejercicios anteriores y en consonancia con el aumento de la incidencia que se viene produciendo en el conjunto del país desde 2013. Este incremento no se había registrado en el Principado hasta este año, debido probablemente a una subdeclaración del número de casos, según el Gobierno asturiano.

"En Asturias no hemos tenido casos graves, pero el hecho de que todos los que resultan mortales ocurran en lactantes de corta edad refuerza el criterio de la consejería de vacunar a la embarazada para proteger a los niños en los primeros meses de vida", ha explicado Molejón.

La tosferina es una enfermedad producida por una bacteria, la Bordetella pertussis, que afecta principalmente a niños pequeños, provocando síntomas que pueden llegar a ser graves. En España, la cobertura vacunal frente a la tosferina es tradicionalmente muy alta (cercana al 95%).

Sin embargo, la inmunidad que produce es temporal y se pierde paulatinamente con los años. Por esta razón, muchos adultos no son inmunes y, aunque en ellos el cuadro suele ser más leve, la transmiten a los niños no vacunados, a quienes la enfermedad puede afectar en mayor grado.

La infección se transmite por vía respiratoria, a través de la tos y los estornudos, y los síntomas de la enfermedad son parecidos a los de un catarro de vías altas. Posteriormente puede avanzar apareciendo tos en accesos (tos paroxística) que es asfixiante, dado que dificulta la captación de aire.

Son frecuentes también los vómitos asociados a la tos y la aparición de dificultades para alimentar a los niños. Es en edades muy tempranas en las que esta enfermedad presenta los síntomas más graves y puede producir episodios de apneas (paradas en la respiración) potencialmente graves, convulsiones y daño cerebral.

La vacunación contra la tosferina produce una alta inmunidad, mayor del 80%, pero su efecto protector disminuye a lo largo de los años. Sin embargo en niños mayores y adultos cursa habitualmente como una enfermedad leve.