El problema de la sociedad actual es el de todas las épocas. Lo dijo Jonathan Swift: "Es fácil distinguir a un genio. En cuanto hay uno, todos los necios se conjuran contra él". Lo utilizó John Kennedy Toole en su "Conjura de los necios" y lo podemos aplicar en nuestro tiempo con los fundamentalismos. Estamos en la época de la intercomunicación, de la inmediatez de datos, y eso posibilita que el mediocre pueda tener su séquito en las redes sociales. Y también que haya más genios, es verdad. Pero los necios, si no tienen posibilidad de éxito contra los más capaces, se conjuran y van contra lo que no pueden alcanzar. Así de sencillo. Si tienes algo en la cabeza que te incline a investigar, o crear, o ayudar, u otro tipo de satisfacción, no te dedicarás a joder al prójimo porque no le envidiarás. Y el mediocre, y necio, en lo que es el mejor es en la envidia. Y eso jamás cambiará.