Renfe prepara un pedido de trenes para AVE que permitan bajar de forma considerable el precio del billete y colocar la alta velocidad en franca competencia con el avión. Tendrán más asientos, menos comodidades para los viajeros, pero a cambio permitirán abaratar el coste por pasajero del trayecto. Se tratará, además, de convoyes que podrán no sólo operar en las vías de ancho internacional, sino también en las de ancho ibérico, como las que discurrirán por la Variante de Pajares.

El contrato que quiere llevar a cabo la empresa ferroviaria pasa por la adquisición de 15 unidades por un valor de 2.642 millones de euros, con opción a compra de otras quince. La singularidad será que el pliego de condiciones, aún no publicado, establecerá como requisito una mayor eficiencia y que la capacidad sea, como mínimo, de 400 plazas, lo que supone aumentar de forma considerable la de los actuales modelos en circulación. El incremento de viajeros y la reducción de los servicios podrá ser a la larga una fórmula para mejorar la sostenibilidad de la red de alta velocidad española.

Otros países ya cuentan con trenes con gran capacidad: en Francia opera el Euroduplex, con capacidad de más de 500 pasajeros y dos pisos, en el trayecto entre París, Lyon y Marsella en momentos de gran afluencia. Los billetes, a partir de 10 euros, permiten cubrir 800 kilómetros de desplazamiento.

Al igual que las aerolíneas ya han aplicado recortes de espacio y lujo que permiten los vuelos a "bajo coste", el tren también busca la forma de atender a una creciente demanda y hacerla asequible a todos los bolsillos. Y en la alta velocidad española ya empieza a ser más relevante acortar los tiempos que el confort durante el viaje.

Uno de los posibles servicios de estos futuros trenes será la línea Madrid-Barcelona, en la que la oferta ya ha alcanzado su tope en cuanto a horarios. La versatilidad en cuanto al ancho de vía permitirá también considerar su uso en otras líneas.