El sprint del año de la recuperación del turismo asturiano viene con cuatro festivos golosos para un sector que no espera hacer su agosto en diciembre, pero que aguarda el acelerón final con una perspectiva de ocupación máxima del setenta por ciento en los hoteles urbanos, similar a la del año pasado. La singularidad de un fin de semana alargado con dos festivos -el domingo, la Constitución; el martes, la Inmaculada- que sin embargo no traspasa al lunes la fiesta del domingo en todas las comunidades autónomas no consigue, eso sí, que se esperen grandes abultamientos en los alojamientos del Principado. No hay fiesta oficial el lunes, de hecho, ni en Madrid ni en el País Vasco, que pasan por ser dos de los tres principales mercados emisores del turismo asturiano, y eso atempera las esperanzas de lleno constante y alegría completa que podría alentar el pronóstico del tiempo. Porque hará sol, apenas hay probabilidad de lluvia de aquí al martes en la perspectiva de la Agencia Estatal de Meteorología y las temperaturas se esperan más suaves de lo usual en este final de otoño.

La contrapartida de la bonanza atmosférica es que falta la nieve para hinchar la ocupación en el entorno de las estaciones de esquí, una de las actividades de ocio que otros otoños por estas fechas llenaba el Puente de la Constitución. Sin contar con ella, fuentes de la patronal Otea (Hostelería y Turismo en Asturias) prevén "mucho movimiento interior" a la vista de la abundante oferta de recreo que recolecta en un recorrido por el mapa de Asturias, por todas partes lleno estos días particularmente de jornadas gastronómicas. El turismo, según las mismas fuentes, se adelanta más urbano, pero con esos condicionantes no hay muchos motivos para prever grandes llenos. A José Antonio Sánchez, que preside la asociación de empresarios del sector en la comarca de los Picos de Europa, Incatur, le dice la experiencia que la clientela en esta época suele apurar la reserva hasta el final. "Normalmente, en estas fechas, la gente se anima en los últimos días, esperan a ver cómo está el tiempo" y por eso, porque hará sol, se asienta su esperanza en que la media carga de reservas anticipadas que calculaban sus socios ayer suba hasta el entorno del 65 a medida que el calendario se interne en los días festivos. "Hay que tener en cuenta que venimos de varios puentes", abunda Sánchez, enumerando el del Pilar, el de Todos los Santos y hasta el de La Almudena, "que nos llenó los establecimientos aunque sólo fuera fiesta en Madrid", y recordando la proximidad de unos festejos navideños que "este año caen muy bien", con puentes de viernes a domingo en Navidad y Año Nuevo.

En el turismo rural, el presidente de la federación asturiana, Adriano Berdasco, observaba ayer una ocupación "muy desigual", del treinta al setenta por ciento según las zonas, y un conjunto probablemente próximo también al espacio entre el sesenta y el 65 por ciento, superior en todo caso al 39 que, tomando como base sus propios establecimientos, asignaba ayer a Asturias un portal de reservas de alojamiento agrario por internet. El conjunto sale con todas esas reservas similar al del año pasado, que tuvo tres días de puente puro en toda España, de sábado a lunes, y que aproximó la media de ocupación al setenta por ciento de la oferta. Es el sprint final, el último gran puente de un año en el que el sector certificó la salida de la profunda crisis que oscureció el negocio en los ejercicios anteriores. El turismo asturiano superó en los primeros diez meses del año la cifra de pernoctaciones de todo el año pasado y conoció al fin un verano balsámico, el trimestre veraniego más pródigo en visitas de la serie histórica y el primero de muchos en el que las empresas vieron posible subir las tarifas y con ellas la rentabilidad de los establecimientos.

El sector va camino además de trasladar la recuperación al ascenso de su peso en la economía regional. Lo celebró el consejero de Industria, Empleo y Turismo, Francisco Blanco, el pasado martes en la gala anual de Otea, donde certificó que "las cifras de crecimiento de este año" aproximan al nueve por ciento el peso del turismo en el Producto Interior Bruto (PIB) de la región. El incremento, notable, llega desde el 8,13 que había medido el Sistema de Información Turística de Asturias (SITA) en el balance de 2014.