La fiscal antidroga, Ana Méndez, mantuvo ayer, en la penúltima jornada del juicio contra la "banda de Piuki" o "de los surferos,", sus peticiones de prisión, que alcanzan casi 77 años de cárcel, 17 de ellos para el supuesto "cerebro" de la organización, J. M. P., que era "el que dirigía las operaciones, sin tocar la droga". "Tenía las llaves del lugar de ocultación de la droga", indicó la fiscal, refiriéndose al trastero (propiedad de su madre) donde se halló la mayoría de las sustancias. La defensa de J. M. P., a cargo de Ana G. Boto, sostiene que ese registro fue ilegal porque no fue solicitado a la juez. La fiscal estima que no hacía falta, al no ser una vivienda. Para la fiscal, los acusados eran una organización jerarquizada, con una mano derecha (J. L. L. F.), un tercer miembro de confianza (J. C. D. F.) y un plantel de distribuidores, como D. C. M., que vendía droga en un local de la calle Azcárraga de Oviedo, y proveedores, como J. B. F, que les abastecía de hachís. Uno de los nueve acusados, M. C. G., aceptó un año de cárcel. El juicio se cierra hoy con los alegatos de las defensas.