El destino quiso que el día que Navia despidió a Jorge Jardón fuese de viento, frío y gris. Gris como la ceniza del tabaco que siempre acompañó al genial periodista, y mejor amigo, tal y como quisieron recordarlo ayer sus amigos, que le ofrecieron una cálida despedida junto a su familia. La comarca pierde con Jardón a una "excelente persona", "una pluma sublime" y "uno de los pilares culturales del concejo". Una personalidad única e inimitable.

A las cuatro de la tarde, los restos mortales del que fuera corresponsal de LA NUEVA ESAPAÑA en el Occidente durante 25 años llegaron a la iglesia de Santa María de la Barca de Navia dentro de una urna, en manos de sus sobrinos. Fue su gran amigo José Julio Velasco, párroco de Llanera, quien puso voz al sentimiento unánime de despedida desde el altar, oficiando el funeral.

En el último viaje de Jorge Jardón estuvo presente todo aquel que había compartido pedacitos de vida con él. Como Joaquín Infanzón, "Quinito", expresidente del club de fútbol local, que recordaba que "todos los días, de dos y media a tres de la tarde, tomábamos juntos el café". "Era una persona excelente, que hizo que Navia y la zona se conociese en toda Asturias. Todos los días escribía algo", subrayó. El también naviego Justo García desveló que su primer contacto con Jardón fue cuando estaba preparando su entrada en la comisión de festejos. "Hablamos en la barra de un bar el viernes, y el lunes me llevé la sorpresa, grata, de que había dedicado una página al asunto. No sabía que me estaba entrevistando", recuerda. Desde aquel momento, la amistad que los unió le llevó a acompañarlo a los rincones más inospechados. "No se le supo valorar en Navia. Por su forma de ser reservada nunca exteriorizó lo que sentía. La amistad te la demostraba de otra manera. Se va uno de los pilares en cuanto a cultura en este concejo", concluye García.

"Jorge era una persona entrañable. Estos últimos años lo pasó mal. Recuerdo lo poco feliz que fue esta última etapa", apuntó Ricardo González, director de Reny Picot e íntimo del periodista. "Tenía mucha personalidad, era extremadamente inteligente y tenía un humor particular y una gran sensibilidad, aunque no expresaba sus sentimientos", añadió. Además de como corresponsal, como amigo lo trató Salvador Méndez, alcalde coañés. "Nos reíamos mucho, teníamos mucho hablado. Jorge Jardón escribía maravillosamente, ponía los puntos sobre las íes y siempre defendió a ultranza la zona occidental".

Una relación de muchos años mantuvo con el corresponsal el pediatra Venancio Martínez, al que le queda "un recuerdo fantástico, de una persona entrañable y cálida, con el que aprendías muchísimo". "Era una alguien querido por todos y que dejó huella en su etapa como corresponsal", subrayó su también amigo Miguel Villarmea.