Belén Fernández González, consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, dijo en el Pleno de ayer que la calidad del aire, bien, y eso, cuando lo oyes, respiras mejor. Aclaraba que para ello hay que combinar la protección del medio ambiente y la actividad industrial y reconocía algunos problemas puntuales, es decir, que llegan a su hora. A Oviedo le llegó la hora el 7 de diciembre pasado y cerraron la entrada de la "Y" por contaminación. En la respuesta acudió presto Héctor Piernavieja Cachero, diputado de Podemos, graduado en Biología por la Universidad de Oviedo e interesado en la gestión del Medio Natural y la Biología de la Conservación. Dijo que oír a la Consejera era "una comedia" por la imagen idílica que ofrecía.
Nueva política, nuevas referencias, sentenció: "parece que nos habla del armario de Narnia, pero estamos en Mordor". La Consejera seguramente se puso a leer o ver fantasía anteanoche para entender las referencias literarias y cinematográficas apretujadas en esa frase. Tendrá para un buen rato. Las crónicas de Narnia son una heptalogía de Clive Staples Lewis, que firmaba C. S. Lewis y era conocido como Jack Lewis, un profesor anglo-irlandés. El armario mágico era la puerta de acceso a Narnia, un mundo mágico céltico. Por su parte, Mordor es un país ficticio perteneciente al legendarium creado por John Ronald Reuel Tolkien, que firmó J. R. R. Tolkien, el escritor británico que escribió la trilogía "El señor de los anillos". Para hacerse idea de lo que es Mordor (gracias, Wikipedia) hay que decir que su nombre, en sindarin (élfico gris, idioma inventado por JRRT) significa País Negro y se refiere a una región principalmente volcánica, situada al este de Gondor, donde Sauron forjó el Anillo Único en las fraguas del Monte del Destino, hacia el año 1600 SE (Segunda Edad del Sol, también conocida como la Edad Oscura o los Años Oscuros) con el objetivo de dominar por completo a los pueblos de la Tierra Media. ¿Oíste?
