"El corazón le jugó una mala pasada", recordaban ayer los compañeros del catedrático de la Universidad de Oviedo Pedro Gil Álvarez, que falleció el miércoles en Oviedo a los 68 años. "Fue un hombre bueno y un buen científico que nos deja a todos un poco huérfanos", remarcó su compañero en la Facultad de Ciencias el catedrático de Álgebra Santos González.

Prejubilado desde hace cinco años, sus compañeros le recordaban ayer como "un gran universitario". Gil dio sus primeros pasos profesionales en Valladolid. Estudió la licenciatura de Matemáticas en la Complutense de Madrid, donde también realizó el doctorado y permaneció allí varios años, hasta que en 1976 se incorporó a la plantilla de la Universidad de Oviedo. "Todo lo que se refiere a la Estadística en el Principado es obra suya", rememoraban sus compañeros sobre el papel fundamental que tuvo Pedro Gil en el desarrollo de esta área. Adscrito al área universitaria de Estadística e Investigación Operativa, a Gil se le consideraba "toda una institución" en la Universidad de Oviedo. "Es un ejemplo paradigmático de lo que es el ser humano", continuó su compañero Santos González. En la Facultad de Ciencias, comenzando por su decano, Norberto Corral, causó hondo pesar el repentino fallecimiento de Pedro Gil, quien decidió abandonar las labores académicas porque quería ver crecer a su nieto David. A él dedicó los últimos años. No obstante, continuaba ligado a la Universidad a través del programa de mayores PUMUO. "Fue un maestro para todos", reconoció Corral, "era un apasionado de la docencia".

En las aulas se le recuerda como un profesor jovial, muy implicado con las tareas académica, que dejaba huella allá por donde pasaba. "Se dice que hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas", bromeaba el catedrático en una de sus últimas intervenciones en las Jornadas de la Asociación Española de Profesores Universitarios de Matemáticas para la Economía y la Empresa celebradas en Asturias. En su entorno recuerdan también que tocaba muy bien el acordeón. "Era una persona muy brillante", continuaron diciendo. Este mediodía se celebrará su funeral de cuerpo presente en la iglesia de San Francisco de Asís de Oviedo. "Nos deja un poco huérfanos", repetían ayer sus compañeros en la docencia. En su despedida de las labores académicas, el rector, Vicente Gotor, le definía como "un gran universitario".