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Cuatro décadas del movimiento feminista en Asturias

Las "hembras frustradas" ganan batallas

Las fundadoras de la AFA recuerdan los terremotos provocados por sus acciones en la calle en una sociedad recién salida del franquismo: "Las performances las inventamos nosotras"

La polémica tarjeta que levantó indignación hacia 1977. LUISMA MURIAS

Cuando el 8 de marzo de 1976 el incipiente movimiento feminista asturiano celebró su primer Día Internacional de la Mujer, con acto en el claustro del edificio histórico de la Universidad, en Oviedo, el diario asturiano Región publicó una página incendiaria en la que se calificaba a las promotoras del acto de "una colección de hembras frustradas, quizás porque no han logrado que nadie se fije en ellas por honestos procedimientos".

La reproducción de la página preside uno de los paneles de la exposición "Asturianas en transición. Discursos y acción política feminista (1975-1983)", inaugurada ayer en el palacio del Conde de Toreno, sede del Ridea y que conmemora los 40 años del nacimiento de la Asociación Feminista de Asturias (AFA).

Aquella crónica periodística, que veía la luz poco más de tres meses después de la muerte de Franco, venía a resumir el terreno de juego social que pisaban en Asturias las pioneras del movimiento: "Cuatro organizaciones autocalificadas de feministas piden, entre otras cosas, el amor libre", se lee en la información. Las organizadoras colgaron de las balconadas del claustro, sede de la Facultad de Derecho, pancartas que hablaban de socialismo y la revolución.

Conclusión: llegó la Policía "y hubo desbandada general". Como para quedarse a ver...

Peticiones al Cielo

Algunas de aquellas participantes en el Día Internacional de la Mujer se reunieron ayer en un cumpleaños muy especial, cuatro décadas desde aquel intenso 1976, escenario temporal de la primera manifestación feminista (e ilegal) en Asturias, en la calle San Francisco (noviembre) y, como colofón, de la presentación en diciembre de AFA, en la Facultad de Filosofía y Letras, con un programa en el que se reivindicaban muchas cosas, también el valor del opaco trabajo en la casa: "¿Qué hombre aceptaría trabajar sólo por un techo y comida, sin horario ni días festivos ni vacaciones?"

En la mesa de presentación estaban Begoña Sánchez, actual presidenta de AFA. Contaba ayer la filósofa Amelia Valcárcel, cofundadora del movimiento que "yo también estaba allí, pero cuando llegó el fotógrafo un grupo nos levantamos. No queríamos salir en la prensa".

El movimiento feminista astur nació provocando. Era una provocación a veces relativa, más por culpa del ambiente que del mensaje. La frase "Sexualidad no es maternidad", un eslogan muy utilizado en aquellos tumultuosos años setenta, era considerada por muchos como una indecencia intolerable.

En la muestra inaugurada ayer se reproduce una tarjeta postal con una "oración" a la Virgen. Dice así: "Virgen María, tú que lograste tenerlo sin hacerlo, haz que nosotras podamos hacerlo sin tenerlo". En 1977 el mensaje era corrosivo porque jugaba con las cosas de rezar. Otro lema del posfranquismo que hería sensibilidades: "Si los curas parieran el aborto sería un sacramento".

"Es que la Iglesia era muy beligerante y nosotras contestábamos con imaginación y creatividad. Eso de las perfomances las inventamos nosotras", señalan las pioneras Begoña Sánchez, Paloma Uría y Gloria García Nieto.

Ayer se amontonaron los recuerdos. Los primeros Días de la Cultura, en Gijón, la ocupación del salón de plenos del Ayuntamiento de Oviedo, la acampada en la plaza de Porlier en vísperas del referendum de la OTAN... A Paloma Uría la Policía Local le dejó un dedo fuera de sitio en medio del desalojo a la fuerza. "Fui a denunciarlo, pero ni caso".

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