Dos averías -una de ellas en la vía y la otra en un tren- generaron ayer retrasos de hasta tres horas de duración en el servicio ferroviario entre Asturias y la capital de España. Las demoras, los transbordos y la ausencia de explicaciones por parte del personal de Renfe provocaron la indignación de los pasajeros, algunos de los cuales perdieron los enlaces a otros destinos que tenían previsto coger en Madrid.

La primera incidencia del día fue una avería en el enclavamiento situado a la altura del municipio segoviano de Garcillán. Afectó a la señalización y ralentizó la circulación entre Valladolid y Madrid desde las 10.22 a las 12.58 horas. El problema perjudicó de lleno al primer tren entre Asturias y Chamartín, el directo, que había salido de Gijón a las siete de la mañana y de Oviedo a las siete y veinticinco. "Teníamos prevista la llegada a las 11.38 horas, pero lo hicimos con más de hora y media de retraso, tras un cúmulo de paradas en la provincia de Segovia. La indignación entre los pasajeros era patente al ver a Asturias tan bien tratada como de costumbre", afirmó Luis Alberto González, uno de los viajeros que se subió al Alvia en la capital del Principado y que sufrió la demora.

En el sentido contrario, la avería de Garcillán se dejó notar en el Alvia que partió de Chamartín en dirección al Principado a las once de la mañana. "Entre Segovia y Valladolid acumulamos una hora de retraso. Avanzábamos a treinta por hora y nos parábamos cada poco. Vamos, lo que se dice Alta Velocidad pura", comentó con cierta sorna un pasajero ovetense que estaba en ese tren. "Nos dijeron que se trataba de un problema con la señalización", añadió el viajero.

Cuando la avería en el enclavamiento segoviano ya estaba solucionada, un problema en el Alvia que salió de Gijón a las once de la mañana, con dirección a Madrid y a Alicante, desembocó en otro retraso de casi tres horas e hizo que los viajeros sufrieran un particular "vía crucis" para llegar a Chamartín. El tren circuló con normalidad hasta las inmediaciones de La Robla, donde ya se dejó notar la avería. Pese a ello, el convoy llegó a la estación de León, donde, según el testimonio de una pasajera, permaneció detenido durante un par de horas. A la vista de que el arreglo de la unidad iba para largo, Renfe decidió cambiar a los viajeros asturianos a un tren "de mucha peor calidad, como los de las cercanías, para ir hasta Valladolid", relató la misma usuaria. La odisea no acabó aquí, ya que el convoy de alta velocidad al que fueron conducidos los sufridos pasajeros en la capital pucelana tenía la mayor parte de las plazas ocupadas, por lo que muchos de ellos se vieron obligados a completar el viaje hasta Chamartín de pie en los vagones. La llegada se produjo en torno a las siete de la tarde, con unas tres horas de retraso.

Lo sucedido en este tren generó numerosas protestas de los viajeros, sobre todo de los que tenían previsto tomar enlaces ferroviarios en la capital de España.

Los retrasos por averías fueron frecuentes en la línea de León a Madrid durante las obras de construcción del tendido de Alta Velocidad entre ambas ciudades. La situación tendió a normalizarse a partir de la apertura del tramo, pero ayer volvieron los problemas.