La Fundación Laboral de la Construcción (FLC) y la Fundación Metal cosecharon un enorme prestigio nacional e internacional durante los años de bonanza, como demuestra que ambas sirvieron de ejemplo y desplazaban profesionales a otras comunidades autónomas y a otros países para enseñar el modelo que se aplicaba en Asturias.
La FLC en el Principado tiene además una connotación social que la distingue de las del resto del país. En el convenio colectivo del sector se establece la aportación de una porcentaje anual por trabajador (ahora son 660 euros) y a cambio reciben una ayuda familiar, becas, ayudas para la compra de vivienda y una paga de fidelidad. La reducción del empleo ha supuesto una importante rebaja de ingresos.
El prestigio nacional e internacional de la Fundación Metal se reflejaba en sus cuentas. Igual que la crisis. Así, pasó de gestionar nueve millones de euros a tres, y sigue bajando. Para mantenerse a duras penas en el mercado se ha visto obligada a reestructurarse y conseguir contratos con multinacionales y empresas privadas.
