Pese a su delicada situación económica, 2014 fue el año en que mayores ingresos por licencias reportaron a la Universidad española, en total 2,5 millones de euros. La cifra es todavía baja, a juicio de los expertos, si bien la parte de ingresos por licencia de patentes es la que más ha crecido y el elevado número de universidades que no registraban ningún ingreso por licencias se redujo a un tercio ese año.
Más sacudido por los recortes a la ciencia se ha visto la concesión de patentes europeas. Ahí fue donde se registró el mayor retroceso. Se debe, fundamentalmente, a la falta de recursos para su registro y mantenimiento y éstas se vieron reducidas en 2014 a menos de la mitad respecto de 2012. Las altas tasas para obtener la licencia en el ámbito comunitario, en torno a los 7.000 euros, a los que luego hay que ir sumando las anualidades, según los datos de la Oficina Española de Patentes y Marcas, no animan a las universidades a hacer frente a este gasto.
El presidente de la Comisión Sectorial de I+D+i de la CRUE y rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, es partidario de aumentar la financiación extranjera que recibe la Universidad española porque las investigaciones que se realizan en nuestro país "son reconocidas fuera y se demandan", subraya Gómez Villamandos.
Las 149 "spin-off" creadas a los largo de 2014 en el ámbito académico de nuestro país representan, sin embargo, una cifra ligeramente superior a la de años anteriores y se observa que crece el número de este tipo de empresas que realizan una ampliación de capital, apuntan los responsables de la CRUE. Las denominadas "spin-off" universitarias suelen ser consideradas el mecanismo más completo y eficaz de transferencia de tecnología desde la Universidad hacia la sociedad. Al constituirse estas empresas, las instituciones académicas u organismos públicos licencian patentes a investigadores que figuran como inventores en las mismas para que se creen empresas de base tecnológica, que en caso de prosperar crearán empleo de calidad. De ese modo, las patentes cumplen con una de sus justificaciones; la contribución al desarrollo económico y social.
