"El objetivo se ha cumplido. Hemos demostrado que podemos desplegarnos en cualquier parte del mundo en tan sólo 48 horas; somos punta de lanza", señalaba ayer el teniente coronel Francisco Cano, jefe del batallón "San Quintín" del Regimiento "Príncipe" número 3 con base en el acuartelamiento Cabo Noval, a su llegada al aeropuerto de Asturias. Tras casi un mes de ejercicios prácticos de la OTAN en el campo de maniobras de Zagán, Polonia, el grueso del contingente desplazado -integrado por 550 militares- regresaba a casa. "Con estas maniobras, el Ejército de Tierra hace historia. España no tiene nada que envidiar a cualquier otro ejército del mundo. Estamos preparados para cualquier misión", añadía el militar nada más descender del airbus 330 de la compañía Air Europa en el que viajaron 260 soldados y mandos del acuartelamiento ubicado en Pruvia.

En Polonia, los asturianos compartieron prácticas con cinco mil profesionales de los ejércitos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Portugal, Bélgica, Albania y Polonia. "El resultado ha sido un éxito, según han reconocido altos mandos de la OTAN, como el teniente general Varela o el general de brigada Cebrián", indicaba el coronel Raimundo Rodríguez Roca, al mando del Regimiento de Infanteria Ligera "Príncipe", que acudió a primera hora de la tarde a recibir a los integrantes del batallón "San Quintín". "Ha quedado demostrada nuestra capacidad de proyección y liderazgo y ha aumentado el prestigio de España y de nuestro Ejército", manifestaba en la pista del aeropuerto minutos antes de la llegada de la comisión que participó en un ejercicio encuadrado en una fuerza de muy alta disponibilidad denominada Very High Readiness Joint Task Force (VJTF, según las siglas en inglés).

Los hombres y mujeres de las cinco compañías que integran el batallón "San Quintín" fueron recibidos al pie de la escalerilla por el coronel Roca. También en la pista y a pocos metros del avión, la banda de música del acuartelamiento -integrada por gaitas, trompetas y tambores- les daba la bienvenida con piezas asturianas y ritmos militares. El primero en pisar tierra fue el teniente coronel Cano. Ambos se saludaron con un fuerte abrazo. Le siguieron más de dos centenares de profesionales que formaron durante unos minuntos en la explanada de aeródromo antes de acceder a las sala de recogida de equipajes y, posteriormente, encontrarse con los familiares que les esperaban.

El último en descender de la nave fue un militar lesionado en una pierna. Caminaba con muletas. "La única incidencia que se produjo fue durante un partido de fútbol", comentó el teniente coronel Cano para destacar el "ánimo alto" que mantuvieron en todo momento los soldados que realizaron varias colaboraciones con otros ejércitos presentes en Polonia.

Concluidas las maniobras de la OTAN para las que el batallón "San Quintín" se preparó durante 18 meses, los militares de Cabo Noval permanecerán hasta el uno de enero de 2017 en alerta máxima. A partir de entonces será otra unidad la que asumirá la responsabilidad que han ostentado y los primeros actuarán de apoyo, confirmaron el coronel Roca y el teniente coronel Cano.