En menos de una semana llegarán a nuestros pueblos y ciudades los embajadores. Embajadores pequeños en edad pero grandes en su lucha. Embajadores de la lucha y la resistencia del pueblo saharaui desde hace más de 40 años.

No nos alarmemos, no vienen a "robarnos nuestro pan", vienen a demostrarnos su perseverancia, su esperanza en el retorno de su pueblo a los territorios que en su día les robaron. Vienen a España para escapar de los 50 grados que se alcanzan en esta época en el desierto argelino y así también poder realizar un chequeo médico.

Durante el verano nos enseñarán a las familias de acogida y a todos/as aquellos/as que se crucen en su camino, que por muy grave que sea la situación, por muy grande que sea el conflicto, la sonrisa siempre ha de estar presente.

Llegan los pequeños embajadores saharauis, preparados para, en los dos meses de verano, contarnos que su situación en los campamentos de refugiados saharauis, la situación de carencia, sigue igual e incluso la tensión del conflicto se ha incrementado. Vienen a ilustrarnos su día a día sin médicos, sin comida con la que puedan alimentarse correctamente y nos demostrarán la importancia que puede tener en el día a día tener una bici o un balón o incluso una pieza de fruta que poder llevarse a la boca, cosas para nosotros, los españolitos, insignificantes.

A las familias de acogida primerizas les recomendaría que se empapasen de todos los detalles con los que nuestros pequeños nos ilustran con su día a día en los campamentos, porque una vez que éstos regresen al Sahara nos tocará a las familias ser embajadoras de su causa, la causa y lucha del pueblo saharaui por retornar a los territorios que les fueron arrebatados, y, sobre todo, les recomendaría que disfrutasen del verano junto a ellos, porque va a ser inolvidable.