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La "biografía" del rey del río

Salmones, el ciclo vital de un luchador

Un libro del pescador y fotógrafo Miguel Aguilar recoge en imágenes los tiempos en el río de una especie emblemática

Salmones, el ciclo vital de un luchador LNE

"El salmón es un luchador brutal que no se valora lo suficiente, ni por la sociedad ni por los propios pescadores. Se pasa cuatro o cinco años de vida llenos de peligros".

El leonés Miguel Aguilar Juan era apenas un niño cuando comenzó a venir con su padre a los ríos asturianos a pescar. En torno a 1980; primero, truchas y reos; después, salmones. "El primero que pesqué fue en 1984, y eso no se olvida nunca. Fue una experiencia de locura", dice Aguilar, coodinador del suplemento de pesca fluvial en Asturias de LA NUEVA ESPAÑA, Campanu".

Desde entonces no ha abandonado las riberas, y fruto de esa persistencia vocacional y entregada es su libro "Salmón atlántico. Su ciclo biológico en agua dulce". Un libro especial, con cientos de fotos realizadas por el autor, con textos muy concretos y explicativos de cada imagen. Y, encima, de los que no se pueden encontrar en librerías. Doscientas páginas que son todo un homenaje a un guerrero símbolo de nuestros ríos.

La historia del salmón comienza en el mes de diciembre, con la puesta de las huevas. Es el primer capítulo del libro: nacimiento y primeros meses de estancia en agua fluvial. "En primavera comienzan a alejarse en busca del mar. El setenta por ciento de los salmones llegan al mar en su primer año; el resto lo hace en el segundo", explica Miguel Aguilar Juan. Entre río y aguas abiertas, "un periodo de aclimatación en las rías para adaptarse a la salinidad".

El libro abre aquí un paréntesis, ese periodo en el que el salmón está en alta mar. "Puede pasar entre uno y tres años, hasta el regreso, una mágica llamada hacia los orígenes. Los primeros salmones regresarán entre marzo y abril, pero las tandas fuertes de entrada se producen en mayo y junio", explica Miguel Aguilar, que une la pasión por la caña con la afición por la cámara.

-Si le ponen entre la espada y la pared... Escoja.

-Por encima de todo, soy pescador. Entre cámara y caña, te regalo la cámara.

Quién lo diría cuando se abre el libro. Hay fotos de salmones, pero también de paisajes y naturaleza a pie de río. Y se incluyen fotos subacuáticas. "El libro es un trabajo de años, los dos últimos de forma muy intensa", afirma su autor.

"Los salmones suelen adentrarse en los ríos en grupos más o menos numerosos, bien diferenciados por tamaño, sexo y fecha". Los que entran en esos meses de calendario muy inicial, incluso en febrero "son los salmones vernales, generalmente los más grandes del año. Son hembras en su mayoría, genéticamente muy valorados, salmones que han permanecido tres inviernos en el mar y suelen superar los siete kilos de peso", explica Aguilar.

"El descanso del guerrero" se titula el tercer capítulo. Estamos en septiembre y octubre, con ríos bajos de agua. Meses en los que comienza a despertarse el instinto. Los peces descansan en zonas de corriente que aún mantienen sus aguas oxigenadas y en pozos de aguas lentas donde ahora son mucho más visibles.

"Se nota en que los machos adoptan un puntín de agresividad". Es la "llamada de la reproducción", que llega con las primeras lluvias del otoño.

Es época de remonte en busca de los frezaderos naturales. Las diferencias sexuales entre machos y hembras son evidentes. Ellas, por lo general, un poco más grandes; los machos, con su característico "gancho" como remate en la boca.

El apareamiento "es el único objetivo por el que vuelven al río después de recorrer miles de kilómetros y de enfrentarse a cientos de peligros". Los que llegan son "auténticos supervivientes", explica.

Las luchas de los machos, los bailes nupciales y el momento reproductivo llega con las nieves. "Sabemos que tan solo un cinco por ciento de los ejemplares son capaces de volver al mar y desovar una segunda vez". Se reproducen y pagan el peaje de la supervivencia. La muerte del salmón es, en cierto modo, la garantía de la especie.

"Salmón atlántico" es un libro "para pescadores y para los que no lo son". Un libro de pesca, pero también de naturaleza y biología. Dice Miguel Aguilar que el río le gusta "en temporada de pesca y fuera de ella, porque hay todo un mundo más allá de la pesca".

Es el tercer libro de Aguilar, todo un experto en pesca fluvial, pero también buen conocedor del mundo editorial, tras su larga experiencia profesional (22 años) en la editorial Everest, un sello que dejó impronta.

Un libro, el suyo, casi de capricho personal: "lo escribí, lo diseñé, lo maqueté y hasta lo distribuyo yo".

Los interesados pueden teclear miguelaguilarjuan@gmail.com.

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