El presidente del Principado empuñó ayer en la Junta la bandera de la democracia representativa como antídoto contra las "críticas fáciles" y los eslóganes "antipolíticos", metiendo en este saco aquel "No nos representan" que en mayo hizo cinco años sacó a las calles el movimiento 15-M. Era "antipolítico", repitió dos veces Javier Fernández, porque "simplemente, no hay política sin representación", o porque después de aquella efervescencia callejera de indignación "quedó claro que la representación no es prescindible".

Hablando a doce de los diecisiete presidentes de cámaras legislativas autonómicas, reunidos ayer en la Junta General del Principado, el jefe del Ejecutivo regional defendió la necesidad de preservar el modelo parlamentario vigente frente a los reproches de fuera y a las actitudes de dentro. Quería ser una llamada a mejorar el sistema, pero sobre todo a defenderlo también "del recurso a la demagogia para buscar algún rédito político", del "desprecio a las formas y a la cortesía" y de "la negativa sistemática al diálogo, la tensión innecesaria y el recurso a la descalificación grosera". Sin alusiones directas concretas, Fernández añadió que todo eso "acaba pasando factura a las instituciones mismas" y que gobernantes y parlamentarios "no nos lo podemos consentir si no queremos regalar argumentos al nihilismo político-institucional".

No había citado a nadie, pero el grupo parlamentario de Podemos en la Junta tardó poco en darse por aludido y volver a marcar distancias, esta vez incluso generacionales, con el partido que sustenta al Gobierno del Principado. "Los abanderados políticos de la 'generación Fernández Villa'", replicó la formación morada en un comunicado, "siguen sin entender el 'No nos representan' y continúan descolocados y sin capacidad de reacción ante la emergencia de Podemos". Argumenta la formación morada que Javier Fernández confunde el eslogan de la indignación con un rechazo a las instituciones. Antes al contrario, abunda Podemos, "los debates en las calles y el posterior nacimiento y desarrollo de nuestro partido no fueron otra cosa que la materialización del compromiso de la ciudadanía con la regeneración de esas instituciones". Hallado un nuevo motivo para exteriorizar su desencuentro con el PSOE asturiano, Podemos lamenta además que el Presidente "aproveche cada ocasión que se le presenta para minusvalorar a todas esas personas que se emocionaron y se comprometieron ante el reto de recuperar una democracia secuestrada por la corrupción y las redes clientelares de las que Asturias no estaba a salvo".

En su turno de intervención en la clausura de la conferencia de los presidentes parlamentarios, Javier Fernández también había enmarcado su llamamiento a la defensa de las instituciones en el "tiempo especialmente importante" en el que vive inmerso el país. Con el Gobierno pendiente de conformarse por segunda vez en siete meses, "creo que todos compartiremos que estamos en una de esas ocasiones que nos desafían", resaltó el Presidente, "que ponen a prueba la calidad y la competencia de los representantes de la ciudadanía". Ahora con más intensidad "estamos obligados a velar por las instituciones, a demostrar su capacidad y a evitar su deterioro".

Antes de despedirse, el presidente socialista del Principado enlazó este argumento con la primera idea fuerza de su mensaje y remató diciendo que "no podemos resignarnos nunca, bajo ninguna circunstancia, a que se repita ese lema esencialmente antipolítico de 'No nos representan', conscientes de que evitarlo está en buena medida en nuestras manos".