El decreto del Principado se extiende en las exigencias para las viviendas que quieran entrar legalmente en el mercado del alquiler vacacional. Pide desde una cédula de habitabilidad al seguro de responsabilidad civil, al suministro de agua fría y caliente, ventilación, accesos practicables, sábanas suficientes o unas dimensiones mínimas de seis o diez metros cuadrados en habitaciones "Son requisitos de total sentido común", apunta Fernando Corral en defensa de una regulación que no llega al nivel de detalle de otras, porque en el mapa muy complejo de la legislación autonómica sobre los alquileres vacacionales se abre una muy extensa casuística de requisitos.

Desde que en 2013 estas viviendas salieron de la Ley de Arrendamientos Urbanos cada autonomía ha legislado a su modo y el resultado son condiciones a cada cual más extravagante. Acaso sea el mejor ejemplo Canarias, que incluye entre el equipamiento mínimo exigido para los dormitorios de viviendas vacacionales "perchas de material no deformable y estilo homogéneo adecuadas al número de usuarios". En el baño pide hasta el "portarrollos" y el secador y las cocinas sólo las da de paso si tienen "plancha y tabla de planchar". Madrid requiere conexión wifi, Andalucía exige que los equipos de refrigeración sean fijos, y así sucesivamente.