El presidente del Principado, Javier Fernández, se posicionó ayer abiertamente en contra de la celebración de unas terceras elecciones generales en España, al tiempo que señaló como "gran desafío" la necesidad de alcanzar acuerdos para evitar la desafección que el descrédito de las instituciones acaba generando entre la ciudadanía. "Creo que estamos jugando con fuego", advirtió Fernández en el discurso que ofreció ayer en Gijón con motivo de la inauguración de la escuela internacional de verano "Manuel Fernández López, Lito", que organiza la Unión General de Trabajadores de Asturias.

"Quiero y debo ser prudente", defendió el presidente del Principado, al introducir su reflexión sobre la actual situación de la política nacional, justo el mismo día en el que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, anunciaba su intención de iniciar una ronda de contactos con todos los partidos para buscar una salida al laberinto en el que se ha convertido la formación de Gobierno en España. "Después de cuatro votaciones de investidura en pocos meses, el enquistamiento hace aparecer cada vez más real la opción de unas nuevas elecciones, aunque todos la consideremos la peor de las posibles", admitió el también secretario de la Federación Socialista Asturiana, que fue de las primeras voces en señalar el riesgo que entrañaría para el PSOE la convocatoria de unas terceras elecciones generales consecutivas.

El mandatario asturiano hizo hincapié en que la gran asignatura pendiente de los partidos en la actual coyuntura es sentarse para buscar vías de diálogo. "La democracia no se desgasta con el uso pero las instituciones se degradan rápidamente si se hacen inservibles. Por eso el desafío no es exaltar las diferencias (...) el desafío hoy, en España, y también en Asturias, se llama acuerdo", invocó Javier Fernández, para quien ese "entendimiento y consenso" debe "evitar que la democracia y sus instituciones se sometan a un desgaste que fomente el desánimo, la desafección y el desdén por la política". La llamada al diálogo tiene para el presidente del Principado líneas rojas infranqueables, sobre las que se mostró rotundo ayer en Gijón: "lo que no admito, lo que no puedo admitir, es que para desconectar Cataluña de España se desconecte también de la ley y del derecho, y hoy hay fuerzas que se aíslan a sí mismas (...) Con ellas no se debe ni se puede acordar", quien más adelante señaló de manera explícita a ERC y la antigua Convergencia como los partidos "excluidos de cualquier hipotético acuerdo para formar gobierno". Crítico siempre con el independentismo catalán, Javier Fernández admitió "la legitimidad" de quienes quieren reivindicar "el derecho a decidir" pero, matizó, "con respeto al Estado de Derecho: cambiando la Constitución primero y actuando después". A esas alturas, el presidente del Principado ya había hablado del panorama político asturiano y lanzado reproches a la estrategia de Podemos, por la falta de sintonía en cuestiones centrales: "demuestran día a día que no están a la altura de la situación y mucho menos a la altura de la indignación que consiguieron representar". Fernández garantizó que su Gobierno "continuará haciendo esfuerzos para que la mayoría numérica de la izquierda se convierta en mayoría política que permita tomar decisiones de progreso (...) pero lo que no podrá este Gobierno, ni cualquier otro, es impedir que un grupo parlamentario se obceque en la negativa a alcanzar un acuerdo presupuestario".

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