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Los resultados de la formación superior

El abandono universitario cuesta a las arcas públicas 5.700 euros por alumno

"No nos gusta que haya fracaso", reconoce el Rector en una lectura en clave positiva ante la caída de las cifras de renuncias

¿Desertores o decepcionados? Este el dilema que plantean los expertos a la hora de analizar el abandono de los estudios por parte de los universitarios asturianos. Ante ese estudiante que junto a seis más de su misma condición opta por no finalizar ni tan siquiera el segundo curso del grado en el que se matriculó en la Universidad de Oviedo los expertos consideran que cabe prestar atención a la transición de Secundaria a la Universidad pues esta etapa, apuntan, no debe considerarse como algo puntual y anecdótico, sino que debe formar parte de un contexto más amplio y continuo de orientación. No en vano, los abandonos universitarios cuestan a las arcas públicas unos 5.700 euros por alumno y año, según un estudio BBVA Research, lo que supone 1.500 millones de euros por año.

Según los expertos, entre los motivos del estudiante para dejar sus estudios se encuentran el abandono involuntario por la no asistencia a clase o por expulsión del centro, para iniciar otro grado en la misma u otra Universidad, renunciar para iniciar otro tipo de formación fuera de la institución (por ejemplo, una Formación Profesional), o incorporarse al mundo laboral (se estima que alrededor de un 25% trabaja mientras cursa estudios universitarios). Otros factores que intervienen son que los estudiantes muestran conocimientos previos insuficientes a su paso por la Universidad, situación recogida en el último informe del Consejo Social de la Universidad de Oviedo. En estos casos, al final, los estudiantes dudan en muchas ocasiones, de si su elección ha sido la correcta. La forma en que estudian, apuntan los expertos, tampoco es la más adecuada y no saben, realmente, cómo hacerlo. "Muchos jóvenes eligen titulaciones por agradar a los padres y los motivos profesionales o los gustos se quedan en tercer lugar", aseguran las mismas fuentes. Y algunos casos de fracaso se deben también a la desmotivación en el aprendizaje.

En la Universidad de Oviedo se hace una en positivo de los datos recientes de abandono, pues la tasa decreció seis puntos en dos cursos. Aunque hablan con "cautela" y "espíritu crítico" porque según el Rector "no nos gusta que haya fracaso escolar".

El último informe del Ministerio de Educación sobre las tasas de abandono detalla que en el sistema público estas cifras son ligeramente superiores a las del sistema privado. Esto es así porque el factor determinante en la tasa de abandono y cambio es la presencialidad de la universidad. Las universidades no presenciales, debido fundamentalmente a las características de los estudiantes que atraen, muchos de ellos realizando su segunda titulación universitaria y con una media de edad superior a la de las universidades presenciales, alcanzan unas tasas de abandono muy por encima de la media. Así pues, la tasa de abandono del estudio de las universidades presenciales es del 17,2% para el primer curso de grado y la de cambio de 8,3%, mientras que en las universidades no presenciales la tasa de abandono es del 42,8% y la de cambio del 6,8%. En la universidad privada, el índice de fracaso es menor, en torno al 16%.

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