La irrupción de Javier Fernández en la escena política nacional ha terminado de encallecer la nunca disimulada enemistad entre los socialistas asturianos y Podemos. Mientras se suceden los llamamientos públicos al entendimiento y la formación morada y el Gobierno del Principado incluso tratan de negociar una reforma fiscal del agrado de ambos, nunca tarda en prender la chispa que enciende un fuego. Ayer, en la Junta y a iniciativa propia, el secretario general de Podemos en Asturias, Daniel Ripa, acusó al presidente del Principado y de la gestora socialista de "tolerancia moral" con la corrupción del PP justo antes de que el portavoz socialista en la cámara, Fernando Lastra, le replicase asegurando que "perdemos toda esperanza si tenemos que esperar alguna opinión constructiva de Ripa y Podemos".

En el hemiciclo, Enrique López (Podemos) había elevado la voz ante la consejera de Hacienda para acusar al Gobierno de "enchufismo" en la contratación pública. Fuera, Ripa se dijo "preocupado" por la "permisividad" de Fernández con el caso Gürtel o el de las tarjetas "Black" y le afeó el ascenso del expresidente Areces, "el de las leyendas urbanas", a portavoz en el Senado. Lastra respondió lamentando la falta de argumentos políticos y preguntándose "por qué insisten en pactar donde no se puede, en el Congreso, y no donde se puede, en Gijón o en Asturias".