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Maestros y discípulos

Ceccini: "Cuantas más horas de Educación Física, mejor será el rendimiento de los alumnos en el aula"

Méndez: "El entrenador debe ser un gran motivador y preocuparse por la formación integral de sus deportistas, no sólo de técnicas y tácticas"

Por la izquierda, Antonio Méndez-Giménez y José Antonio Cecchini, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

José Antonio Cecchini y Antonio Méndez forman un tandém que excede de lo académico. "Me siento muy afortunado de haber tocado un día a su puerta para que me dirigiera la tesis. A partir de ahí formamos un equipo y eso derivó en una amistad. El mayor beneficiado de esto soy yo", sostiene el discípulo, Antonio Méndez, miembro del grupo de investigación "Edafides" (Educación, Actividad Física, Deporte y Salud) del que Cecchini es investigador principal y quien tampoco oculta su agradecimiento. "Antonio tiene una enorme capacidad de trabajo y una competencia profesional extraordinaria", subraya el maestro, catedrático de Universidad en el departamento de Ciencias de la Educación. Desde 1999 trabajan juntos en diferentes líneas de trabajo coincidentes todas ellas en el beneficio psicológico de la actividad física. Al vínculo más conocido entre deporte y salud ellos añaden cuestiones como la educación en valores y aspectos motivacionales.

Su tesis de partida es clara: Asistimos a una caída generalizada de la actividad física, que aumenta con la edad y se acentúa en la mujer. ¿Qué hacer? El origen, explican ambos, es un retroceso en los niveles de motivación a la que se suma la falta de tiempo y el conflicto con otros intereses propios de la edad, apuntan ante el sedentarismo entre nuestros jóvenes. Cecchini plantea "más horas de educación física semanales" en las escuelas y proponer otro tipo de práctica a las federaciones para recuperar a los ausentes en el deporte. En este punto se plantea una nueva cuestión: ¿cuál debe ser el papel de los entrenadores? Méndez lo tiene claro: "Deben ser grandes motivadores y, sobre todo, preocuparse de la formación integral de sus deportistas" frente a cuestiones técnicas o tácticas. Y añade: "uno de los grandes objetivos de la Educación Física es que los jóvenes adopten estilos de vida activos a lo largo de su vida". Proporcionar experiencias positivas al alumnado les orientará a mantener ese hábito en la vida adulta.

Urge actuar a la vista de los números. "Un 30% de los alumnos de Secundaria solo realiza la actividad de las clases de Educación Física", advierten, lo que dista mucho de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS): actividad moderada en los niños de una hora al día. Una forma de garantizarse un buen estado de salud. Pero hay más. La motricidad, que es el fundamento de la actividad deportiva, "está en el origen y desarrollo de toda la actividad cognitiva", apunta Cecchini. "Es clave en el desarrollo biológico de los niños", agrega. A partir de ahí su grupo ha planteado iniciativas como la combinación de la enseñanza de Matemáticas y Educación Física, "les serviría para comprender mejor las Matemáticas pero también para cumplir las directrices de la OMS", arguye el catedrático. El discípulo añade una ventaja más para reivindicar una mayor presencia de la Educación Física en las aulas. "En los países donde dan 5 horas a la semana tiene un efecto importante en el aprendizaje de los estudiantes", sostiene Méndez. Por eso, Cecchini aprecia "un contrasentido" en que los jóvenes de hoy defiendan que no tienen tiempo para el deporte cuando "la actividad física incrementa el rendimiento académico". Antonio lamenta que el ideario de la nueva ley de Educación (LOMCE) contemple el desarrollo de determinadas competencias clave para el desarrollo del ser humano y, sin embargo, no recoja las competencias motrices como fundamentales en el aprendizaje. "El niño interacciona físicamente con el entorno y la realidad educativa está de espaldas a eso", se queja.

En adultos, su grupo de investigación ha trabajado cómo influye la actividad física sobre los síntomas depresivos. "Hemos publicado recientemente un estudio en el que se observó que cuando esta práctica está controlada por un entrenador, debidamente formado, el poder terapeútico de la actividad física en la reducción de los síntomas se incrementa de manera considerable", informa Cecchini. También atribuyen a los profesores de Educación Física un papel "significativo" como promotores de una actividad moderada y vigorosa que contribuya a proporcionar a los alumnos experiencias positivas que perdurarán de manera autónoma en la vida adulta, con importantes consecuencias para la salud pública. No en vano, un 8% del gasto en salud pública mundial va destinado a paliar las consecuencias del sedentarismo.

En el ámbito de la salud mental, explica el maestro, a los pacientes con depresión leve-moderada se les recomienda programas de ejercicio estructurado y supervisado, de intensidad moderada, con una frecuencia de dos a tres veces por semana, con sesiones de 40 o 45 minutos y por espacio de 10 a 12 semanas. "Que los políticos sean más receptivos a impulsar políticas que tengan que ver con el fomento de la actividad física", pide Cecchini, "los países con mayor nivel de actividad física tienen menos gasto en salud".

Como especialistas en el capítulo de la formación desde el punto de vista de la práctica deportiva, el maestro apela a uno de los principales valores de los formadores de los futuros deportistas: "El entrenador debe ser un gran motivador". El discípulo añade una segunda característica: la pasión, entendida como la satisfacción con la vida que transmiten los responsables de esas sesiones de Educación Física. El esfuerzo posterior de los alumnos que reciben esos mensajes sería consecuencia de la motivación transmitida por el profesor. "Lo que haces te tiene que gustar, es un elemento clave que te divierta y te sientas autónomo. "Yo nunca tuve la sensación de trabajar", sostiene Cecchini, "nos divertimos con lo que hacemos, por es tan importante hacer de tu profesión algo que te apasione".

En su caso, la investigación, afirman, "es algo que te atrapa, apasionante" y aunque a veces les cuesta dinero publicar en revistas científicas de impacto no cambian por nada su tarea. Aun en los peores momentos. "Hay subvenciones, pero ha habido un recorte brutal en investigación", indica Cecchini. Su discípulo y amigo entiende que la investigación universitaria "ha dado un giro de calidad" en los últimos años. "Estamos más cualificados y somos más competitivos pero la dotación económica cada vez es más limitada", asevera, "para obtener una titularidad hoy, tienes que demostrar que eres un buen investigador". Más dificultades: "Existe un divorcio claro entre las Ciencias Sociales y las Ciencias con mayúscula, quizá no hemos sabido transmitir bien la importancia de lo que hacemos; las Ciencias Sociales necesitan un apoyo que ahora no tienen", reivindica Cecchini antes de lanzar una nueva queja. "El profesor debería tener más reconocimiento social; la historia de los maestros en España es una historia triste".

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