José Ángel Fernández Villa tenía que presentarse en la mañana de ayer en los Juzgados de Oviedo para ser examinado por el neurólogo Alfredo Robles Bayón, pero no recibió una notificación personal para comparecer -sí su procuradora- y eso le ha permitido dar un nuevo plantón a la Justicia, sin que pueda ser acusado de desobediencia, según indicaron fuentes jurídicas. La magistrada Simonet Quelle Coto dictará en dos días una nueva resolución, en la que presumiblemente convocará para otra fecha al exsecretario del SOMA.

El plantón de Villa de ayer por la mañana no tendrá consecuencias, debido a que no fue citado personalmente para que le examinase el doctor Robles Bayón, designado por el Juzgado número 2 de Oviedo para determinar si el exsindicalista está en condiciones de declarar en la que querella presentada por el SOMA por presunta apropiación de 460.000 euros. Fuentes jurídicas indicaron que no hay forma de acusarle de desobediencia.

Este defecto de forma da a la defensa de Villa una nueva oportunidad para obtener lo que desea, una nueva fecha para el examen neurológico y que éste pueda celebrarse de forma secreta, evitando exponer al investigado a los medios de comunicación. Y es que la defensa viene quejándose en los últimos meses de que este caso se ha convertido en un circo mediático.

La defensa de Villa pidió esta semana que el examen fuese realizado en la propia casa del exsindicalista, en la calle Pravia del barrio ovetense de La Florida. En su defecto, solicitó que fuese conducido a la sede judicial en ambulancia y por personal sanitario. Aduce el deterioro físico y cognitivo del investigado, que le impide moverse por sus propios medios. También las dificultades de movilidad de su esposa, la persona que le cuida.

Neurólogo de confianza

Además, la defensa exigía que el doctor Alfredo Robles Bayón -uno de los mayores expertos del país por lo que respecta a las demencias- especificase las pruebas a las que iba a someter a Villa, que éste otorgase un consentimiento informado a las mismas y que estuviese presente un neurólogo de confianza, en concreto Bernardino Blázquez Menes. La juez mantuvo la comparecencia de Villa, sin hacer caso de estas peticiones.

En la mañana de ayer, media hora antes de la comparecencia de Villa, la letrada de éste presentó un escrito en el que justificaba su incomparecencia por el hecho de que su defendido no había sido convocado personalmente al examen. La magistrada dictó una providencia comunicando el escrito a las partes y dándoles dos días de plazo para presentar las alegaciones que considerasen oportunas, pasado el cual tomará una decisión.

Previsiblemente, nadie interesará que se abran diligencias a Villa por un presunto delito de desobediencia, y la juez pondrá otra fecha para el examen, apercibiendo a las partes de que podrían incurrir en un ilícito penal en caso de que difundan el día y el lugar en que tendrá lugar la consulta.

Tras las quejas de la defensa de Villa sobre filtraciones de sus escritos, los abogados mantuvieron un silencio sepulcral sobre lo ocurrido en la mañana de ayer. La letrada del Villa indicó que "todo lo relacionado con este caso es secreto", y no quiso explicar el motivo de la incomparecencia del exsindicalista.

Los letrados del SOMA, Luis Llanes y Miguel García Vigil, de Ontier, señalaron que no podían explicar nada relacionado con el caso. El abogado de Pedro Castillejo -el otro acusado por el SOMA en este caso, por apropiarse de unos 70.000 euros-, Alfredo García, indicó que, con su incomparecencia, Villa se arriesgaba a una multa.

La situación sigue por tanto como desde hace meses: con Villa eludiendo prestar declaración en la querella del SOMA, y sin que pueda ser sometido a un nuevo examen neurológico que determine si está en condiciones de declarar.