La sesión de ayer del debate sobre el estado de la región recordó a los "culebrones" sudamericanos. Hubo amores, desamores, declaraciones, rechazos... Todo ello salpicado de movimientos de "cobra" por parte del Presidente, especulaciones sobre su "delfín", enfrentamientos, y hasta estuvo el "pequeño Maquiavelo", representado en el portavoz socialista Fernando Lastra, según el portavoz de Ciudadanos. IU pidió orden y concierto, a ver si entre todos encontraban una sinfonía que sustituyese al caos. Pero al final todo se quedó en el "Aserejé" de Nicanor Fernández (C's).
El Presidente, Javier Fernández, era el supuesto "mozín", o el "hombretón", como dijo la portavoz y presidenta del PP, Mercedes Fernández, que se mostró dispuesta a entregar su apoyo incondicional con la única condición de que elimine el impuesto de sucesiones. O que lo cambie y lo copie de su homólogo gallego, Alberto Núñez Feijóo, por el que la presidenta del PP aseguró sentir "admiración". ¿Sería para darle celos? Porque acto seguido le advirtió de que sus pretendidos (Podemos e IU) no le quieren nada de nada, no como ella, que lo suyo es casi incondicional.
Javier Fernández le respondió que ya lo sabía, que él tampoco les quiere, pero que sólo busca un matrimonio de conveniencia. Y sin miramientos le hizo la "cobra". Airada, cargó contra el supuesto "delfín", el Consejero Guillermo Martínez, al que pidió que no interfiera en las relaciones de mayores y les deje en su particular "pillo, pillo que te corro". Igual se lió ahí "Cherines".
El cariño entre Javier Fernández y Podemos es imposible, pese a que su portavoz, Emilio León, dijo que se podría avanzar. Pues no. Incapaces. Todo fueron acusaciones y reproches en su particular y tormentosa relación.
Gaspar Llamazares hizo reproches pero en su tono conciliador. Parecía que la cosa podía avanzar, hasta que pidió al "hombretón" que se deshiciera de parte de su familia si quería ir más allá. No nombró a los consejeros en cuestión, pero no hizo falta.
Con la recién casada portavoz de Foro, Cristina Coto, no hubo ni opción, después de llamar al bi-Presidente (de Asturias y de la gestora del PSOE) "pseudodictador" y "maniaco fiscal".
Y Nicanor Fernández resumió: "Aquí sólo hay izquierda y derecha. Los demás, aserejé". Era aquella de "Las Ketchup", ¿se acuerdan?... Tenía baile y todo.
