El estrategia nacional de ciencia y tecnología ha sido, a juicio de investigadores y gestores una estrategia "de supervivencia", condicionada por los recortes en lo económico -cuya merma ronda el 35%- y en la estructura de los recursos humanos. El diagnóstico común en la última sesión del ciclo "Controversias Científicas", protagonizada por los investigadores del INCAR-CSIC Rosa Menéndez y Fernando Rubiera; la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo y el rector Santiago García Granda, es que la ausencia de continuidad en los presupuestos, la consecución de objetivos "de forma desordenada", junto con algunas disfunciones en las relaciones con la empresa y la escasa difusión de los resultados de la investigación llevan a una cierta ineficiencia. "Las trabas administrativas son otro problema", apuntó Requejo. "Y la investigación básica es la que ha perdido más", a juicio de Rosa Menéndez. El Rector incidió en la necesidad de una mayor flexibilidad en la contratación, en extender el mecenazgo y contar con equipos de dinamizadores para llevar los resultados de la investigación puertas afuera de la Universidad. "Hemos bajado muchos puestos y si paramos los programas de investigación lo vamos a pagar", advirtió el Rector. Para Rubiera "es un problema de mentalidad" y las trabas que se ponen en muchos contratos llevan a un pérdida del interés de la empresa por la Universidad.