Lo que iba a ser una tranquila ruta de senderismo al pico Susarón, en Puebla de Lillo (León), se convirtió para catorce estudiantes de la Universidad de Oviedo, la mayoría chicos extranjeros del programa "Erasmus", en un momento bastante apurado, ya que se perdieron en plena montaña y de noche, por lo que necesitaron la ayuda del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil de Sabero para salir del atolladero. Afortunadamente, los catorce chicos pudieron regresar sanos y salvos, aunque con un buen susto, a la ciudad de Gijón, donde estudian y residen.

Ocurrió anteayer jueves. Por la mañana, los integrantes del grupo, formado por muchachos de diferentes nacionalidades (México, Rusia, Rumanía y Reino Unido, entre otros países) y al menos una chica española, se desplazaron desde Gijón hasta cerca del pueblo abandonado de Camposolillo, junto al embalse del Porma, donde dejaron los coches. Desde allí fueron caminando hasta Puebla de Lillo, con el objetivo de tomar el camino que enfila hacia el Pico Susarón, situado a 1.878 metros de altura. Se trata de una ruta relativamente fácil, con una longitud de diez kilómetros (ida y vuelta) y 740 metros de desnivel. Solo al final se complica un poco, porque el camino deja de ser tan claro y hay que guiarse por los jitos.

Los chicos cogieron la ruta norte del pico, que sale de Puebla de Lillo, y ofrece unas impresionantes vistas de esta parte de la montaña leonesa. La subida debió resultarles cansada, porque, cuando les faltaban unos 200 metros para la cima, decidieron bordear la montaña, hacia la cara sur. Se trata de una vertiente más abrupta y difícil de caminar, y llegó un momento en que los estudiantes ya no sabían qué dirección seguir.

A los chicos se les había complicado la excursión. Aunque tenían a la vista el embalse del Porma -cerca del cual tenían los coches-, se dieron cuenta de que lo tenían mal y no iban a poder salir del embrollo antes de la caída de la noche. La perspectiva de pasar una noche en el monte, con la consiguiente caída de temperaturas, no pintaba bien. Por eso decidieron pedir ayuda al 112 de Castilla y León, poco después de las cinco de la tarde. Este servicio contactó a su vez con la Guardia Civil, que montó un dispositivo para rescatarles.

Dos agentes del Greim con base en la localidad de Sabero, junto a una patrulla del puesto de la Guardia Civil de Cistierna y un vecino de Puebla de Lillo conocedor de la zona, emprendieron la búsqueda del grupo de jóvenes, primero a bordo de un vehículo patrulla. Con el coche ascendieron hasta donde fue posible, y posteriormente siguieron subiendo a pie. Las indicaciones que habían dado por teléfono eran bastante claras como para orientar a los agentes del punto en el que se encontraban los chicos, puesto que indicaban que tenían el embalse a la vista. Finalmente, lograron divisar a los jóvenes, puesto que alguno de ellos llevaba frontales, una precaución que la facilidad de la ruta no hacía precisamente necesaria.

Los agentes los encontraron un poco nerviosos por la situación en la que se habían metido. Solo llevaban la comida justa para la excursión que tenían planteada. Los guardias y el vecino de Puebla de Lillo los acompañaron posteriormente hasta el lugar donde tenían aparcados los coches. Luego se regresaron a Asturias, con la lección aprendida de que hay que planificar mejor las rutas.