Un total de 112 niños de las primeras etapas educativas (Infantil y primer ciclo de Primaria, principalmente) reciben este año en Asturias una escolarización combinada, modelo que gana terreno estadístico y que consiste en simultanear en un mismo curso escolar la estancia del alumno en centros ordinarios y en centros específicos.
Son niños con necesidades educativas especiales y singularidades de discapacidad de todo tipo, desde los trastornos de espectro autista a la parálisis cerebral.
Cinco profesoras de la Universidad de Oviedo de los departamentos de Psicología, Filosofía y Ciencias de la Educación, han realizado el primer estudio de funcionamiento de esta modalidad combinada que comenzó en Asturias en 2005, con encuestas a 346 profesores de colegios ordinarios y específicos, tanto públicos como privados.
No todo es de color de rosa pero hay elementos que inducen al optimismo, según las conclusiones de Marián Campo, Pilar Castro, Eva Álvarez Martino, Carmina González y Marina Álvarez Hernández.
La primera de esas conclusiones es que la escolarización combinada "supone un beneficio mutuo". Por una parte para el escolar con necesidades específicas "pero también hemos podido comprobar algo que intuíamos, y es que los compañeros de estos niños también aprenden. Y no solo eso, sino que se implican" en ese reto de diversidad.
Los cuestionarios del estudio tienen que ver sobre todo con la organización de recursos y con la metodología. Los profesionales reclaman más recursos, e inciden en la necesidad de más materiales escolares adaptados, que como se sabe no son precisamente baratos.
El sistema de escolarización combinada es decidido por profesores y familias, tras la valoración de los equipos de orientación educativa. "La idea central es la inclusión", afirman las autoras del estudio. A partir de tercer curso de Primaria hay que decidir una de las vías escolares, o la específica o la ordinaria. Ni qué decir tiene que el objetivo es la integración del alumno en el colegio ordinario a tiempo completo.
En Asturias funcionan diez centros específicos (la mitad concertados). "Son colegios que hacen una labor importantísima, con profesorado muy vocacional e implicado", afirman. Son maestros que salen del Grado de Primaria con mención en Educación Especial, y que en cuarto de carrera ya hacen prácticas profesionales en primera línea de esas necesidades educativas especiales. Las profesoras del departamento de Psicología coinciden en afirmar que "salen de la Universidad muy bien formados".
Los niños adscritos al programa "mejoran sus competencias de socialización", asegura el profesorado que les atiende. "Y el paso por el centro específico les da armas para defenderse mejor en el ordinario", dicen las autoras del estudio, que reclaman incentivar más a los profesores, poner en marcha cursos de formación y grupos multidisciplinales. "El eje fundamental es la implicación de todos", añaden. Un buen número de profesionales reclama más implicación de las familias.
Cada niño necesita un programa de trabajo individualizado. Un maestro del colegio ordinario y otros del específico serán los encargados de hacer ese seguimiento de la evolución del escolar y de sus necesidades.
En Asturias más de tres mil niños presentan necesidades educativas especiales.
