La concentración de casi el 60% de la producción láctea asturiana en sólo siete concejos deja casi secos al Oriente y a las Cuencas. Tineo, con más vacas que habitantes (14.136), es el municipio que más litros de leche ordeña, seguido de Valdés, Gozón, Tapia de Casariego, Navia, Castropol y Salas. En el extremo contrario están las localidades en las que curiosamente se elaboran los quesos con denominación de origen. Sirven de ejemplo Cabrales, con 16 ganaderos y 433 frisonas, y Onís, de donde procede el Gamonéu, con tan sólo una explotación de 18 animales. Además hay 18 concejos que no sacan ya ni una gota de leche.
En el resto de la región, las cuadras siguen cerrando mientras que la producción aumenta. Sobre todo en Gozón, donde se incrementó un 99,1% en los últimos 18 años. Una de sus explotaciones genera más leche que los 36 municipios que menos entregas hacen a la industria. Según el reciente trabajo elaborado por José Antonio Migoya, técnico de Caja Rural de Gijón, y Benigno Fernández, jefe de servicio de la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, Gozón tiene el mayor promedio de vacas por ganadería: 59,1, muy por encima de la media de Asturias que se sitúa en 35,2.
A nivel regional, la producción se sitúa en 546,6 millones de litros, lo que supone la mayor cifra desde 2006. Esta subida se debe a la eliminación de las cuotas y a la liberalización del mercado. "Ante un período de precios bajos, la respuesta de algunos ganaderos fue incrementar su producción como mecanismo para mantener o mejorar sus ingresos", explican los autores de la publicación "El sector productor de leche en Asturias, un acercamiento a sus cifras". La ganadería que más produce es Agroartime, en Nembro (Gozón), que ronda los 3,5 millones de litros. Si fuese un concejo, apunta Benigno Fernández, ocuparía el puesto vigésimo tercero, donde se sitúa Corvera.
Sin embargo, el número de explotaciones no para de descender, según se desprende de la comparativa 1998- 2016. Sólo Proaza sumó una cuadra en este período y en total 8.131 ganaderos (el 74,8%) dejaron las cuadras. Para Benigno Fernández, lo más alarmante de estos datos es que el empleo cae sobremanera "en los municipios donde no existe otra actividad económica". Es el caso del Oriente: en Amieva y Ponga no hay ninguna explotación, mientras que en las dos Peñamelleras, Onís y Caravia, sola una. Esta situación se repite en toda la región: Illano, Villanueva y Santa Eulalia de Oscos, Taramundi, Illas, Bimenes, Teverga... En todos estos concejos hay menos de diez ganaderos de leche.
Los municipios que mayores pérdidas registraron en los últimos 18 años son Siero, Grado, Oviedo, Pravia, Boal, Illas, Peñamellera Alta y Baja, Soto del Barco, Bimenes, Illano, Taramundi, Onís, Belmonte, Pesoz y Caravia. Y los 18 que ya no hacen entregas de leche a la industria: Cangas del Narcea, San Martín del Rey Aurelio, Langreo, Morcín, Amieva, Laviana, Caso, Lena, Ponga, Sobrescobio, Somiedo, Aller, Degaña, Ibias, Mieres, Quirós, Riosa y Teverga. Algunos de estos concejos son la cuna de quesos como el Afuega'l Pitu o el Casín. Esto quiere decir que si la situación se agrava, las denominaciones de origen podrían tener serios problemas para abastecerse de leche de vaca.
Aparte de la concentración, el sector lácteo asturiano tiene otros dos inconvenientes: el envejecimiento de los ganaderos y el pequeño tamaño de las explotaciones. José Antonio Migoya y Benigno Fernández prevén que si en los próximos diez años no se produce una incorporación masiva de jóvenes, la producción láctea de la región podría caer un 28% más. Los 1.348 titulares de explotaciones -consideradas personas físicas, ya que las jurídicas son 574- que había en la campaña 2015- 2016 tienen una media de edad de 53,5 años. Según las estadísticas, sólo el 9,4% de los profesionales tiene menos de 40 años.
Con respecto a la superficie de las explotaciones, los expertos alertan en su texto de la "diferencia abismal" que hay entre las ganaderías con mayores volúmenes de entregas y las que menos. Las explotaciones con más de un millón de litros tienen una media de 22.933,61 litros por hectárea y, aunque la superficie predominante es tierra arable y sea capaz de generar importantes cantidades de materia verde, "es evidente que el conjunto de estas granjas tienen un fuerte déficit forrajero y en algunos casos problemas ambientales". Mientras, las explotaciones con menos de 100.000 litros tienen una media de 3.477,96 litros por hectárea, "lo que puede dejar entrever una subutilización de la superficie". En definitiva, que la tierra está mal repartida.
Benigno Fernández Fano subraya que todo lo que acontece en el sector está estrechamente relacionado con la Política Agraria Común (PAC). En este sentido, tanto él como José Antonio Migoya llaman la atención sobre el nivel de endeudamiento de las explotaciones y un cambio de rumbo en la PAC. "Se debe tomar conciencia de que en un sector en el que es previsible que se sucedan períodos de precios altos combinados con bajos hay que ser capaz de mantener flujos de caja que permitan superar los períodos más críticos", aseguran. Los autores del texto, realizado para la Caja Rural de Gijón y el Real Instituto de Estudios Académicos (Ridea), abogan por que la PAC también se adapte a estas previsibles variaciones cíclicas en los precios de la leche.
Iniciativa en el Senado
Los grupos socialistas de la cornisa Cantábrica y león han presentado una iniciativa conjunta en el Senado, en la que piden que la crisis láctea sea tratada como "una verdadera cuestión territorial de Estado". La "relevante moción" la firman Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y León, e incluye doce medidas. Entre ellas, incorporar un régimen sancionador al acuerdo lácteo, establecer un precio sostenible, darle transparencia a los precios, promover la identificación del origen o establecer un instrumento financiero específico al servicio de las explotaciones ganaderas.
