Eugenio del Río (San Sebastián, 1943) conversará hoy en Oviedo con Íñigo Errejón sobre política. Antifranquista en su juventud e impulsor del Movimiento Comunista, es uno de los teóricos de la indignación que ha sacudido el escenario político tras la crisis que desembocó en desahucios, recortes y despidos.
- ¿Qué pueden esperar los asistentes a la charla que protagonizará hoy con Íñigo Errejón en Oviedo, que organiza Acción en red?
-Será un intercambio de opiniones entre dos personas de distintas generaciones, con 40 años de diferencia, sobre los cambios en la sociedad y en las mentalidades. Hablaremos algo de la izquierda y de la necesidad de la acción política. Supone una satisfacción poder dialogar con Íñigo Errejón, la personalidad política más destacada de su generación.
- ¿Los resultados de las elecciones francesas avanzan que cada vez está más próximo el fin del socialismo tradicional y de la socialdemocracia?
-En Europa hay partidos socialistas que han aguantado mejor el retroceso, como Portugal y Alemania. En España se ha producido un descenso generalizado del electorado de izquierda en los últimos 30 años. En los años 80, los votantes del PSOE y de Izquierda Unida sumaban el 40 por ciento del electorado pero esa cifra en los años 90 ya bajó al 18 por ciento. Al retroceso de los partidos tradicionales se une ahora la aparición de nuevos partidos, en discontinuidad, como Podemos y las Mareas, que se dirigen a sectores más amplios de población de la que se identifica con la izquierda.
- ¿Y ve posible el engarce entre la izquierda tradicional y esas formaciones?
-Tras los resultados de las elecciones de junio, debería intentarse la conjunción entre la izquierda más clásicas, y las nuevas fuerzas políticas como las Mareas y Podemos. La elección del secretario general socialista puede ser determinante para que se produzca esa convergencia en una voluntad de cambio político.
-Podemos acaba de anunciar una moción de censura contra Mariano Rajoy. ¿Tiene alguna posibilidad o es una maniobra de cara a la galería?
-A veces es necesario forzar una moción de censura, aunque no se pueda ganar, para dejar patente la gravedad de la situación y actuar con mayor energía.
-Hoy compartirá escenario y diálogo con Errejón. ¿Qué le parece la polémica generada tras la decisión de Podemos de que no siga en una tertulia?
-Es un gesto que contribuye muy poco a mantener el clima de pluralidad en Podemos. Al final, al no ser aceptada la persona que envió la dirección de Podemos a esa tertulia, la conclusión es que Íñigo Errejón ha sido vetado por su propio partido.
-¿Qué lecturas sacó de la asamblea de Vista Alegre II, en la que Pablo Iglesias se impuso de manera clara a Íñigo Errejón?
-Los resultados fueron el reflejo de la composición de Podemos y de quienes participaron en las votaciones electrónicas. La mayoría apoyó a Iglesias pero Errejón tuvo un respaldo importante. La dirección operativa de Podemos ha quedado excesivamente marcada por la candidatura de Pablo Iglesias pero creo que se necesita una estrategia de mayor pluralidad y más abierta a la sociedad.
-¿Realmente encarna Íñigo Errejón una estrategia más moderada, frente a la más radical de Pablo Iglesias?
-A veces las etiquetas traicionan la realidad. El problema que late es si el dar satisfacción a los sectores que auparon a la dirección de Pablo Iglesias se traducirá en un apoyo más amplio en la sociedad. Cinco millones son muchos votos pero es necesario llegar a sectores que aún no confían en Podemos. Mi principal preocupación es que Podemos llegue a sectores más amplios.
