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ROBERTA LAJOUS VARGAS | Embajadora de México en España

"Mariano Rajoy llamó a Peña Nieto para apoyarle ante Trump"

"En México se siguen con gran expectación los fallos de los premios 'Princesa de Asturias'; tenemos muchos, pero nunca nos parece suficiente; este año es candidato Miguel León Portilla"

Roberta Lajous Vargas, embajadora de México en España y Andorra.

Roberta Lajous Vargas (Ciudad de México, 1954) es desde 2013 embajadora de México en España y visitó Asturias esta semana para mantener diferentes encuentros institucionales con motivo de la conmemoración del 40.º aniversario del restablecimiento de relaciones entre ambos países. El jueves, la representante diplomática pronunció una conferencia en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, dentro del ciclo "Asturias y el futuro de España", organizado por la Universidad de Oviedo, la Asociación Iberoamericana de Comunicación (Asicom) y LA NUEVA ESPAÑA. Lajous cuenta con una exquisita formación en Relaciones Internacionales y Economía, forjada en el Colegio de México y en las universidades de Stanford y Georgetown, entre otras instituciones académicas.

- Donald Trump quiere controlar con mano dura la emigración ilegal mexicana y está dispuesto a ampliar el muro fronterizo. ¿Han cambiado mucho las cosas con los vecinos del Norte?

-El torbellino Trump ha tomado por sorpresa al mundo entero, no sólo a los mexicanos. En el terreno diplomático no hemos salido a buscar apoyos exteriores porque ésa no fue nuestra política. Mantenemos el diálogo con las autoridades y no vamos a pasar de ahí. En su momento Mariano Rajoy llamó al presidente Enrique Peña Nieto para expresarle su apoyo, algo que hicieron pocos mandatarios.

- Defiende que es el momento de profundizar las alianzas con otros países. ¿Es una especie de castigo a los gringos?

-Hasta la fecha hemos estado esperando prudentemente, sin buscar el enfrentamiento. Ellos tienen un sistema político muy complejo de poderes y contrapoderes. Ese acercamiento a otros países de Europa y América es deseable y necesario siempre, y más ahora que los aires del Norte no nos sonríen.

- Cuando comenzó la Guerra Civil, México se mantuvo del lado de la República, que tuvo allí su primer Gobierno en el exilio. ¿Fue difícil mantener relaciones comerciales con España en aquellos años?

-En 1956 se firmó un convenio en materia de comercio, pero en aquellos años era difícil viajar a España, necesitábamos visados. El presidente López Portillo quiso restablecer las relaciones y alguien lo vio como una traición a la República. El vínculo afectivo siempre estuvo ahí, pero era importante empezar a favorecer las relaciones económicas y culturales. Adolfo Suárez visitó México y luego el Rey Juan Carlos viajó al país, que desde entonces es el primero de Iberoamérica al que viaja el Rey, como también ocurrió con Felipe VI.

- España es el segundo país inversor en México y también aumenta la presencia de capital mexicano en la Península. ¿Ha costado mucho engrasar esa gran maquinaria empresarial?

-En cuarenta años las relaciones han pasado de ser mínimas a tener una gran relevancia. En México se asientan más de 5.000 empresas españolas y, efectivamente, aumenta nuestra presencia en España. Todo eso no podría darse si los gobiernos no lo facilitan. A España también le interesa ampliar relaciones con los países del Pacífico. Negociamos en Bruselas una renovación del tratado con la Unión Europea, y España tiene un papel clave.

- Compartimos un idioma. ¿Ese gran activo está suficientemente rentabilizado a uno y otro lado del Atlántico?

-El español es un tesoro que debemos impulsar. Para un escritor mexicano lo más grande es recibir el premio "Cervantes". También es muy importante el premio "Princesa de Asturias", cuyos fallos anuales causan expectación en círculos culturales y científicos. Hemos tenido muchos, pero nunca suficientes. Deseamos venir a Oviedo, oír las gaitas y entrar en el Campoamor. Este año la Universidad Autónoma presenta la candidatura de Miguel León Portilla.

-Estudió en el Colegio de México y seguro que tuvo algún profesor asturiano.

-Tengo el orgullo de ser exalumna del Colegio de México, donde fui formada por esa generación de hijos del exilio, todos grandes profesores, como Carlos Roces, que me dio Economía. Era hijo de Wenceslao Roces, que era de Soto de Agues (Sobrescobio), y fue amigo de Unamuno.

- Entre muchas otras cosas...

-Desde luego. En México valoramos enormemente el legado intelectual de España. Los republicanos llegaron en un momento clave. México protagonizó la primera gran revolución social del siglo XX. Eso fue marcando un camino no siempre bien entendido. España ayudó a México a entrar en la Sociedad de Naciones.

- En Asturias pervive también ese legado a través de la arquitectura y de empresarios astur-mexicanos como Antonio Suárez y Plácido Arango.

-Pienso que sabemos aprovechar esa proximidad. También apreciamos mucho a los españoles que nos apoyan en Estados Unidos, como Antonio Banderas.

- ¿Peña Nieto es el Macron latinoamericano?

-No lo había pensado. Ambos son hombres de centro, progresistas, con ganas de modernizar la política. En México hay niveles significativos de desigualdad y uno de los principales objetivos del presidente es reducirlos.

- Usted conoce bien a Carlos Slim, el dueño del Real Oviedo. ¿Cómo es?

-Slim es una persona encantadora, siempre pendiente de incrementar el capital mexicano en España. Me alegro mucho de que tenga esa vinculación tan especial con Asturias.

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