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Cerco a la pesca en kayak

La prohibición de la actividad en Asturias obliga a los aficionados de la región a practicarla en Galicia y Cantabria "Desde que probé la canoa, ya no quiero un barco", afirma Alberto Redondo

-Empecé hace dos años y medio porque me llamaba la atención el kayak. Siempre fui aficionado a la pesca, pero no podía comprarme un barco. Y ahora, aunque pudiese permitírmelo, no lo quiero.

El avilesino Alberto Redondo, de 32 años, es "feliz" escuchando las olas y el viento, sin la interferencia de un motor. Rema por el puerto candasín contemplando un mar ligeramente embravecido, en el que se refleja la luz del cielo. Un espectáculo de color que a Redondo le llena de vida. Con diez metros de profundidad, el equivalente a un piso de cinco pisos, tira la caña al agua a la espera de que un sargo, una breca, una julia, una cabra o una botona pique el anzuelo. Pero ésta es sólo una simulación: la pesca desde kayak está prohibida por el Principado y a Redondo no le queda más remedio que irse a Galicia para disfrutar de su afición. "No tiene ni pies ni cabeza. Dicen que esquilmamos el mar cuando es mentira, lo amamos", expresa.

La polémica por los kayaks se desató en febrero a raíz de la emisión de una circular, en la que la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales recordaba a los agentes de inspección y vigilancia pesquera que debían denunciar, y en su caso multar, esta modalidad de pesca. Los kayakistas, indignados, aseguran que la práctica estaba antes en un limbo legal, mientras que el director general Alberto Vizcaíno niega un cambio de criterio y se apoya en el Real Decreto de 10 de febrero de 2014 del Ministerio de Fomento, por el que se regula las titulaciones náuticas. En esta norma se distingue entre embarcaciones de recreo, buques de recreo y artefactos flotantes, entre los que se incluye los kayaks, que no son objeto de matriculación y, en consecuencia, no pueden pescar. Además, Vizcaíno se opone a esta modalidad por considerarla "poca segura e incrementar la presión sobre especies marinas", como también defienden los pescadores profesionales. De hecho, el Principado ha prohibido los campeonatos regional y nacional, previstos para el año que viene.

Los aficionados a la pesca con kayak tachan de "cabezonería" la posición del Gobierno del Principado y ponen como ejemplo las regulaciones autonómicas de Galicia, Cantabria, País Vasco, Baleares, Canarias, Cataluña, Andalucía o Valencia. En todas estas comunidades la pesca desde kayak está permitida con la exigencia de algún tipo de licencia. De hecho, Valencia celebrará en un mes el campeonato nacional, al que irá el equipo asturiano -el año pasado ganó la medalla de bronce- "sin entrenar". "Es triste pero van a ir sin entrenar por culpa de la prohibición en Asturias", insiste Miguel Ángel Suárez, director técnico deportivo de la Federación de Pesca y Casting del Principado de Asturias y campeón del mundo en 2002 de pesca desde barco.

Suárez acompaña en una lancha al avilesino Alberto Redondo durante la simulación de pesca con kayak realizada para LA NUEVA ESPAÑA. "Es una pasada pescar desde una canoa. Salimos unos cuantos y echamos entre cuatro o cinco horas al día en el Cantábrico. La mayoría de lo que pescamos lo devolvemos al mar, porque son peces muy pequeños", cuenta Redondo. Y por ley no pueden llevarse a casa más de cuatro kilos, todos ellos para consumo propio.

Alberto Redondo sale del puerto de Candás perfectamente equipado. Lleva un chaleco, una emisora, un silbato para realizar avisos, un reflector de radar y el kayak con una caña y dos remos atados a la canoa. "Por la noche, lógicamente nunca salimos, porque no tenemos luces", puntualiza. El avilesino emprende su salida hacia mar abierto, en dirección al faro de San Antonio. Pese al oleaje, el kayak apenas se tambalea. Todo lo contrario a la embarcación que dirige Miguel Ángel Suárez en compañía de su amigo Pedro García, que se agita con frecuencia. Redondo llega en cuestión de minutos a las proximidades del faro, donde podría tirar la caña -normalmente con un cebo de langostino o de gusano coreano- y pescar una cabra. Pero la realidad es que no puede y el pez que exhibe en la foto es una simulación. Fue capturado desde la lancha. "Es bien triste que desde una embarcación pueda pescar con caña y desde un kayak no, porque no esté matriculado", se queja Miguel Ángel Suárez.

La incongruencia puede ser todavía mayor. "Hay empresas, incluso una asturiana, que ya han construido los primeros kayaks con motor y han logrado matricularlos. Pero esa no es la solución; nosotros no queremos un motor, sino hacer ejercicio y sentir la naturaleza", reflexiona. Esa combinación atrae a día de hoy a cientos de asturianos y la afición no para de aumentar. "Es increíble lo que se incrementó. Hace unos años eran cuatro y ahora hay muchísimos. No sólo aquí sino en toda España", dice Suárez. "En el momento que lo pruebas, te enganchas y en seguida compras un kayak", apunta Alberto Redondo. La mayoría de los aficionados son jóvenes, una parte de ellos expiragüistas.

La prohibición del kayak llegó incluso a finales de marzo a la Junta del Principado, donde Podemos sumó el apoyo del PP, Ciudadanos y Foro para instar al Gobierno a que regule la pesca deportiva en kayak. Una iniciativa que dejó "perplejos" a los pescadores profesionales y que la dirección general de Pesca se niega a cumplir. La Federación de Cofradías respalda a Alberto Vizcaíno y todo apunta a que el debate continuará.

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