Ayer por la mañana, el consejero de Empleo llevaba bastantes más de 24 horas dimitido. Ya se había saltado la sesión de control al Gobierno del jueves en la Junta, donde ya su ausencia ya había obligado a levantar sobre la marcha más de la mitad del orden del día del pleno. Francisco Blanco incluso tenía ya un sustituto elegido desde la última hora del mismo jueves, pero ayer por la mañana su nombre permanecía entre los asistentes anunciados por el Principado al acto de presentación de la nueva ruta aérea entre Asturias y Múnich. Al final no fue, el Gobierno lo sustituyó por el director general de Trabajo casi sobre la campana, cuando faltaba menos de una hora para el inicio del asunto. Pero ésta y otras "burlas", y la propia identidad del sustituto de Blanco, encendieron ayer en la Junta a la oposición parlamentaria, descontenta con la improvisación en la gestión de lo que algunos llamaron crisis de gobierno, disconforme en algún caso también con la apuesta por la "inercia" que observa en la elección del relevo moviendo el banquillo en la Consejería en lugar de levantando la vista para buscar fichajes.

"Burla al parlamento" es expresión de Nicanor García, portavoz de Ciudadanos, para retratar la gestión del primer relevo de la legislatura en un Gobierno que se desorienta, que "da tumbos". El tirón de orejas del diputado naranja aconseja "que no jueguen con los problemas y las presiones internas del partido en su actuación en las entidades públicas" y añade que Isaac Pola es "continuidad, más de lo mismo" al frente de la Consejería de Empleo, "un parche en una cartera muy problemática, clave, y para la que seguramente ahora mismo [el Presidente] no tendría muchos candidatos".

Como el orden del día del pleno de orientación no daba ayer demasiado de sí, la dimisión, el sustituto y la gestión del relevo tomaron el relevo en los pasillos. El ya habitual abordaje de micrófonos a Javier Fernández, que visitaba el parlamento por primera vez desde la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE y del cese de su consejero de Empleo, que llegaba al parlamento después de casi cinco días de silencio sobre la decisión de las bases del partido que dirige interinamente, dejó sin nada a los periodistas, a los que el presidente de la gestora emplazó desde detrás de su mejor sonrisa para la reunión vespertina de la ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana. Sin preguntas al Presidente en el orden del día, nada dijo tampoco Fernández a los diputados de la oposición. A los suyos, sí. Con los suyos departió extensamente en privado. Acaso más tiempo que con nadie con su secretario de organización en la FSA, Jesús Gutiérrez? Faltaban unas horas para el anuncio oficial de que no volverá a concurrir a la secretaría general del partido en Asturias. Como tiene por costumbre, Fernández salió de su despacho de la Junta únicamente para las votaciones de la sesión de orientación al Gobierno.

Fuera, mientras tanto, también se hablaba ayer sobre todo de él y del viejo conocido devenido en nuevo consejero. Emilio León, portavoz de Podemos, para señalar "una muestra de un gobierno en crisis que está preso de su propia inercia". "Más que un consejero", dice, "Javier Fernández ha elegido un testaferro, a quien fue mano derecha de Graciano Torre, con la misión principal de tapar los principales escándalos de corrupción" del departamento. Citó GITPA o la Fundación Barredo y recibió a Isaac Pola sosteniendo que el hasta ahora director general de Energía y Minería "se puso del lado de los piratas que se disfrazan de empresarios del carbón" en la crisis de la minería del Suroccidente. Pronto se ganaría la reprimenda, otra más, del portavoz socialista contra los insultos, las faltas de cortesía y de respeto de la recepción a Pola.

El comité de bienvenida también tiene, no obstante, una dosis de decepción en la versión de IU, cuyo portavoz, Gaspar Llamazares, lamenta que "el Gobierno no se haya tomado un tiempo para reflexionar sobre cómo tomar impulso en esta segunda parte de la legislatura y haya cerrado en falso la crisis". Cierre en falso y "cierre de filas", suma las decepciones, "en torno a una mayoría precaria" que no cumple su expectativa de que "el Gobierno abriese las filas e insuflase nuevos aires" al gabinete de Javier Fernández. Llamazares, que el jueves aconsejó al Presidente más cambios a cambio de explorar nuevas mayorías parlamentarias "de izquierdas", ha visto "que no hemos tenido éxito, que lo fundamental para el Presidente son sus incondicionales, no abrir un debate sobre un mayor apoyo a su Gobierno".

El PP esperará a valorar a Pola a que dé sus primeros pasos como consejero y Cristina Coto (Foro) resta trascendencia al nombre del sustituto de Blanco. Sea quien sea, "el resultado será el mismo", vaticina, "al estar todo manejado por la batuta de las atrasadas políticas de Javier Fernández". En el turno de defensa, el portavoz del PSOE, Fernando Lastra, encuentra en el nuevo consejero a "la persona idónea por capacidad, formación y conocimiento de la industria y las cuestiones relacionadas con la actividad económica y el empleo en Asturias". Mirando hacia la oposición, y sobre todo a Podemos, reprueba "las expresiones de descalificación, de falta de cortesía y educación, las exageraciones con las que se ha recibido el nombramiento" y que, a su juicio, "se descalifican a sí mismas".