El Servicio de Salud del Principado (Sespa) ha completado los trámites para aplacar la polémica que en los últimos meses rodeaba al Servicio de Urología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El Boletín Oficial del Principado (BOPA) ratificaba este miércoles el nombramiento de Jesús María Fernández Gómez como nuevo responsable de la Unidad de Gestión Clínica de Urología, la organización que sustituye al antiguo servicio.

Fernández Gómez es profesor asociado de Urología desde septiembre, especialista del HUCA desde el año 1993 y director de la revista Actas Urológicas Españolas, el órgano oficial de difusión de la Asociación Española de Urología, desde 2014.

El nombramiento de Fernández Gómez supone, de hecho, el relevo de Ramón Abascal, que lleva meses en el centro de la polémica, tras la denuncia de Podemos de que se habían producido supuestos enchufes de altos cargos en las listas quirúrgicas del servicio.

El propio gerente del Sespa, José Ramón, Riera reconocía en una respuesta parlamentaria por escrito la gran conflictividad que existía en Urología y adelantaba alguna de las medidas que había adoptado para tratar de reconducir la situación, después de años de enfrentamiento entre los facultativos. Una de ellas era, precisamente, la creación de la Unidad de Gestión Clínica y el nombramiento de otro responsable. Riera, además, refería la apertura de varios expedientes expedientes sancionadores a Abascal, por asuntos de publicidad sanitaria y de incompatibilidades.

La convocatoria de una jefatura del área de Urología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se había planteado con el objetivo de cerrar un conflicto que acumula al menos dos décadas de historia. La plaza recién adjudicada es un puesto que en la estructura jerárquica está situado por encima de la jefatura del servicio. Esta última estaba ocupada actualmente por Ramón Abascal.

Las autoridades sanitarias confían en la llegada de una figura de consenso que apacigüe unas tensiones que provienen de la época en la que coexistían la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Covadonga y el Hospital General de Asturias. Ciertamente, ya ha llovido mucho desde entonces, y han sido varios los enfrentamientos entre profesionales registrados en estos lustros. Unos llegaron a los tribunales de justicia y otros a la Junta General del Principado. A este último grupo pertenecen unas supuestas irregularidades, en forma de favoritismo hacia dos políticos de la región que habrían sido operados saltándose de forma indebida la lista de espera. Esta hipotética anomalía ha sido denunciada también ante la Fiscalía.