Asturias ya ha implantado dos psicólogos clínicos en atención primaria -en los centros de La Ería (Oviedo) y Roces-Montevil (Gijón), a los que se sumará un psicólogo infantil en Mieres en fechas próximas-, lo que convierte el Principado en una comunidad pionera a nivel nacional. Con esta estrategia, enmarcada en el Plan de Salud Mental 2015-2020, "se trata de reducir las elevadas tasas de prescripción de psicofármacos y de derivación a unidades de salud mental de pacientes con trastornos mentales prevalentes", explicó José Ángel Arbesú, cooordinador de Salud Mental del Servicio de Salud del Principado (Sespa). Los trastornos a los que se refiere Arbesú "son casos de ansiedad, depresión, duelo o estrés con un nivel de intensidad moderado".

La iniciativa parte de la recomendación del Ministerio de Sanidad recogida en la Estrategia Nacional de Salud Mental del año 2013. Desde entonces, solo Asturias la ha puesto en marcha, mientras que otras comunidades -como Madrid- tienen previsto comenzar en los próximos meses. Arbesú saca pecho por la "velocidad a la que Asturias ha reaccionado, permitiendo tratar de forma más adecuada a este tipo de pacientes que no necesitan de medicación psiquiátrica ni ser derivados a salud mental".

Natalia López, psicóloga destinada en el centro de salud de La Ería, coincide en la valoración de Arbesú. "Este tipo de pacientes llegan a atención primaria y el médico los valora en cinco minutos. De esta manera, acaban tomando medicación que no necesitan o siendo derivados a salud mental, lo que a la larga los convierte en pacientes crónicos, que ya nunca salen", relata López. Las cifras muestran que uno de cada cuatro pacientes que acude a atención primaria lo hace por problemas psíquicos.

Los psicólogos de primaria trabajarán en torno a un protocolo que contempla dar respuesta a estos casos en menos de dos días tras la llegada del paciente al centro sanitario. A partir de ahí, se establece un máximo de diez sesiones -tanto individuales como grupales- que se desarrollarían, en principio, con periodicidad semanal, aunque según la disponibilidad de agenda se podrían espaciar dos semanas. "Si en diez sesiones no se consigue rehabilitar al paciente lo derivaremos a salud mental o al servicio correspondiente. Está demostrado que si en este periodo de acción no existe mejoría, ya no se suele mejorar", añade Natalia López.

La pretensión es ofrecer una psicoterapia breve, que funcione como escalón entre la valoración del médico de primaria y el tratamiento en salud mental. Los servicios que ya funcionan en Oviedo y Gijón, se extenderán a Mieres, con un psicólogo infantil que dos días a la semana también se desplazará al área sanitaria del Nalón. La idea es que, una vez acabado el año, y si los resultados son satisfactorios, el proyecto se extienda al resto de áreas sanitarias.