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La guía secreta de Asturias

El bramadoiru de Arenillas

El campo de bufones se encuentra cerca de Puertas de Vidiago; allí se halla el más grande de su zona y el que mayor altura alcanza en épocas de temporal

Vista de la sima central del bramadoiru, con gente arriba, en el centro, leyendo la información sobre el mismo que figura en la zona. ANA PAZ PAREDES

Podría decirse que el bramadoiru de Arenillas, cerca de Puertas de Vidiago, en el concejo de Llanes, está estos días en letargo cual si fuera un inmenso ser mitológico que duerme en las profundidades de la tierra a la espera de liberarse con los primeros temporales. Eso parece porque, aun sin haber temporal, impresiona ese sonido de enfado y de amenaza, de las idas y venidas de las mareas allá abajo, haciéndonos temer que en cualquier momento ese chorro tremendo de agua marina saldrá buscando el cielo, con un estremecedor ruido, dejando en los alrededores no sólo agua salada sino también piedras, maderos y lo que la mar arrastre. Es un bufón, un fenómeno geológico profuso a lo largo de la costa de llanisca y que los propios del lugar prefieren llamar "bramadoiros", en relación a cuando brama la mar.

Los bufones son, tal y como señala el panel informativo allí ubicado, grietas y chimeneas abiertas en la costa que están conectadas con la simas marinas y por las que el agua del mar penetra a presión, formando surtidores de agua pulverizada que son visibles desde el exterior. En el caso de Arenillas, allí se encuentra el que alcanza la mayor altura de toda la zona. Se llama de Arenillas por tener depósitos de gravas y arena en la bocana del bufón. Éste destaca tanto por la fuerza de su bufido, como por el volumen de agua que expulsa, así como el diámetro de la parte superior de su chimenea.

En esta zona el terreno es calizo y hay muchas grietas, huecos y agujeros que se han ido produciendo por la erosión marina. Ni que decir tiene que hay que extremar el cuidado a la hora de visitar la zona cuando la mar está en calma así como evitar acercarse a la boca del bufón, por su peligrosidad, cuando se produce este fenómeno en días de grandes temporales, siendo perfectamente visible en kilómetros a la redonda, lo cual suele suceder en otoño e invierno. Inclusive en calma es necesario guardar las distancias pues todas las precauciones son pocas. Los bufones de Arenillas fueron declarados Monumento Natural por el Principado de Asturias. Este monumento comprende una franja costera de unos 1.200 metros de longitud desde la desembocadura del río Purón, por el Oeste, hasta el pozo de la Salmoria, por el Este, en la que hay una docena de bufones de diferentes tamaños.

Hasta Arenillas se llega desde Puertas de Vidiago en un paseo agradable de unos dos kilómetros, más o menos. Allí, incluso antes de pisar la piedra, ya sobrecoge escuchar el sonido del mar en los respiraderos, haciéndose oír con fuerza y alertando de que, incluso para disfrutar de tanta belleza, hay que andarse con cuidado, por si acaso.

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