La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un científico que se fue de Asturias lidera un proyecto de excelencia de la UE en el País Vasco

Rafael Morales dirige quince equipos de investigadores, universidades, centros tecnológicos y empresas de Europa y América

Rafael Morales Miki López

El científico asturiano Rafael Morales, que prefirió dejar Asturias porque la docencia le limitaba las horas de investigación, lidera ahora desde la Fundación Vasca para la Ciencia, Ikerbasque, el proyecto europeo "Magnamed". El objetivo del programa consiste en desarrollar nanoestructuras que presentan propiedades magnéticas únicas para explorar técnicas innovadoras en el diagnóstico y terapia del cáncer. En el programa participan 15 socios de siete países, e involucra universidades, centros de investigación y empresas, entre ellas una asturiana.

Ikerbasque es la Fundación Vasca para la Ciencia, que creó el Gobierno vasco en 2007 con el objetivo de desarrollar y conseguir programas que dinamicen la investigación y atraer y consolidar talento investigador. Para ello contrata con carácter permanente a investigadores de excelencia y a jóvenes para que desarrollen su labor en las universidades y centros de investigación del País Vasco.

El profesor Morales llegó a Ikerbasque hace siete años, y en la actualidad está en el departamento de Química-Física de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco. Su área de investigación es el de Física y Ciencias Materiales, y en particular estudia los fenómenos físicos y las propiedades de materiales magnéticos que tienen alguna de sus dimensiones en la escala nanométrica (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro).

Tras 15 años como investigador, ahora lidera un proyecto de excelencia europea que involucra a físicos, químicos, biólogos y médicos, vinculados a universidades, centros de investigación y empresas en siete países de Europa y América. "La Unión Europea busca con este programa financiar proyectos innovadores que establezcan redes de colaboración multidisciplinar y multisectorial, porque eso permite que surjan nuevas ideas, transferencia del conocimiento entre diferentes áreas de la ciencia y la formación de científicos con una visión más amplia de los actuales retos de la sociedad", explica Morales, quien añade que la razón de que participen empresas del sector biotecnológico es que "éstas puedan aprovecharse de los resultados de la investigación y de esta forma ampliar su catálogo de productos con un alto valor añadido".

Lo novedoso del proyecto ·Magnamed" es el desarrollo de nanoestructuras con nuevas propiedades magnéticas cuyo destino es la aplicación en medicina, y concretamente en el estudio de una técnica novedosa para el diagnóstico del cáncer. Una vez desarrolladas, se utilizarán en sensores con una sensibilidad de detección 1.000 veces superiores a los que se usan en la actualidad.

Esto permitirá la detección del cáncer mucho antes de que se manifieste e incluso mucho antes de lo que se puede detectar ahora. La investigación se centra en la detección precoz de tumores de piel (melanomas) y el cáncer colonorectal. "Con los biomarcadores de una gota de sangre se podrá saber si el paciente está desarrollando este tipo de cánceres y aplicar tratamientos en estadios muy tempranos, con lo que se reduciría de manera considerable la mortalidad", explicó el científico asturiano.

El desarrollo tecnológico posterior permitiría, por ejemplo, que un médico pudiera hacer en su consulta la prueba con un dispositivo similar al que utilizan las personas diabéticas para saber cuánta insulina se tienen que inyectar.

Compartir el artículo

stats