La jornada musical en el pabellón de LA NUEVA ESPAÑA en la Feria comenzó con los aplausos a César González Herrerías. Junto con su guitarra y armónica tocó varios temas de "composición propia" recogidos en el disco "Hoboken", también nombre de su grupo. De temática muy variada, desde canciones de amor o desamor, el músico también llevó sus cantos a otras esferas de lo social en algunos de sus temas como "Sonrises n'el cielu" o "Na playa de Xixón", "para reivindicar los problemas de Palestina, los desahucios o la inmigración".

"Hoboken" nació el año pasado. Al terminar la grabación en estudio del disco, "nos pareció buena idea llevar el proyecto al directo; fue a partir de ahí cuando busqué a los demás integrantes de la banda", relató César González. Aunque ayer el cantautor se subió al escenario en solitario, normalmente comparte puesta en escena con Chus Braña, a la batería; José Ramón Granda, bajista, y Jorge Remis también a la guitarra.

César González Herrerías llevó al escenario el más puro folk de cantautor americano "transferido al asturiano", cuya inspiración cogió de los "grandes" como Neil Young o Bob Dylan. Un estilo que ha trabajado durante más de veinte años de trayectoria musical en la que ha formado parte de otras formaciones con un gran éxito a finales de los 90, entre ellos "The Paperbacks".

La segunda artista invitada al stand de LA NUEVA ESPAÑA, Tere Rojo, ofreció al público un cambio de estilo, de letras asturianas a versiones italianas y sudamericanas de canción ligera. Lo hizo entonando varios de sus temas que ha recopilado en su disco "Mi sueño". Está compuesto por trece temas, donde ha podido grabar "todas las canciones que quise, sin seguir ninguna moda o imposición, aunque pueda gustar más o menos" defendió la cantante.

"La bámbola"de Patty Pravo, "Parole, parole" de Mina y Alberto Lupo, o "Amor mío" de Mía fueron algunos de los temas italianos más conocidos que "he versionado de manera diferente y con un toque personal", confesó la artista. Una labor que le ha llevado dos años de producción del álbum.

La cantante confesó que aventurarse en un proyecto, en solitario era "una espinita que tenía clavada y que necesitaba llevar a la práctica; buscaba un cambio de chip". Una amateur del género popular, ya que su afición por él empezó en el colegio, hasta que en 1981 empezó a participar en diferentes orquestas; un género, dice Rojo, "al que habría que darle un poco mas de proyección y cabida en el contexto musical". Su espectáculo tuvo voz en directo y música en playback donde el público también pudo disfrutar de los acompañamientos grabados del Coro Vetusta de Oviedo.