El Principado explorará "todas las posibilidades" que brinda el actual Plan de Gestión del Lobo para rebajar el malestar del campo asturiano. El consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra, y el viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano, se reunieron ayer con alcaldes de la zona rural del Occidente para "recoger información veraz" sobre los daños de la especie y actuar en consecuencia "con seriedad".

"Queremos sentarnos y hablar para luego actuar con la colaboración estrecha de todos los agentes", aseguró Lastra al término de un encuentro, que los regidores calificaron de "muy positivo". "Celebramos el cambio de actitud del Principado en favor del medio rural", destacó el alcalde de Santa Eulalia de Oscos, Marcos Niño, que transmitió el sentir del resto de asistentes (Vegadeo, Villanueva de Oscos, Villayón, Pesoz y Grandas de Salime). "Ya es bastante dura la vida en el campo como para encima tener más problemas", apuntó Niño, en referencia a los cuantiosos daños que ocasiona el lobo a la cabaña ganadera.

Uno de los objetivos del nuevo departamento de Biodiversidad -tras su reciente incorporación a la consejería de Medio Ambiente- es cumplir el cupo de extracción de 45 ejemplares, que demandan los ganaderos. En el programa 2015-2016, la Guardería del Medio Natural sólo abatió a 9 de los 32 ejemplares muertos -los 23 restantes fallecieron por atropellos, disparos ilegales y causas por determinar-, sin alcanzar por tanto el máximo de 45.

La entonces Dirección General de Recursos Naturales reconoció que la "orografía tan acusada de nuestra región y la abundante vegetación son factores que limitan las condiciones de visibilidad" y complican las actuaciones de control de la especie. A ello, argumentaba la Administración, hay que sumar que el lobo es un animal "muy inteligente y desconfiado". "Si la actuación con los efectivos que tenemos ahora no es suficiente, habrá que recurrir a una siguiente instancia. Vamos a tratar de explorar todas las posibilidad que nos da el plan para rebajar la situación de alarma", explicó el consejero de Medio Ambiente a LA NUEVA ESPAÑA.

La reunión de ayer en Vegadeo es la primera de las muchas que mantendrá el Principado con todos los implicados en la gestión del lobo: alcaldes, ganaderos y ecologistas. "Sabemos que en este asunto hay que tener en cuenta un conjunto de opiniones", admitió Fernando Lastra. Conservacionistas y profesionales del campo defienden posturas opuestas sobre la especie y, durante años, el Gobierno regional no consiguió contentar ni a unos ni a otros. El consejero de Medio Ambiente dio ayer una pista de por dónde irán los tiros: "No va a ser menos importante la opinión de los ganaderos".

Las últimas estadísticas indican que la población del lobo, que consta en la actualidad de unas 38 manadas, se mantiene estable desde 2013, mientras que los daños descendieron al pasar de 3.494 cabezas de ganado en 2016 a 4.212 en 2015.