IU respiró la semana pasada al no hallar la macroincineradora en el nuevo plan de residuos del Principado, pero ahora vive "en tensión", mirando con recelo hacia la puerta que el proyecto deja abierta para la quema de materia orgánica como combustible industrial en la central térmica de Hunosa. La coalición desconfía de la "valorización energética" y exige su retirada. También lamenta que el Gobierno se la haya colado "de rondón" a última hora en el texto, merced a un convenio con la hullera pública firmado sólo 48 horas antes de la divulgación de la estrategia, y entiende, en expresión de su portavoz en la Junta, Gaspar Llamazares, que la inclusión de esa posibilidad es indicio de que en el fondo "no se creen el modelo" ni renuncian a que sobre sus propósitos "sigan gravitando los viejos paradigmas de la combustión".

Llamazares se dice incluso convencido de que la quema industrial "se va a eliminar del plan, por razones técnicas y políticas", porque "no tiene respaldo parlamentario y dudo que tenga apoyos dentro del Gobierno". La coalición matiza con su satisfacción por la exclusión de la incineradora, gran caballo de batalla de sus dos años de negociación, pero el coordinador general, Ramón Argüelles, se dice satisfecho "al 90 por ciento". Para llegar al cien reclama borrar del plan el aprovechamiento energético de la basura incluso en su formulación actual, como alternativa subsidiaria a la "valorización química" de la que IU hace bandera. En sus alegaciones al plan regional y a través de iniciativas en la Junta la formación exigirá que el modelo elegido para el tratamiento de residuos vaya "hasta el final", abrazando sin reservas la transformación del treinta por ciento de la materia orgánica recuperada exclusivamente en combustibles líquidos alternativos.

El responsable de Medio Ambiente de IU, Ángel García, manifiesta su "sorpresa" ante la súbita suscripción del convenio con Hunosa y protesta por la inclusión de un posible aprovechamiento energético que siempre había estado ausente de la negociación política que dio origen al plan. Al argumento del miedo que pueda tener el Gobierno a no tener lista a tiempo la tecnología del uso químico, compleja y casi insólita en España, García replica apelando a la voluntad. A su juicio, el hecho de que esta técnica apenas haya sido desarrollada en España -IU menciona una experiencia en el ayuntamiento madrileño de Rivas Vaciamadrid- "sólo significa que las administraciones no apuestan por la valorización química". Pero en Asturias esta alternativa, enlaza, "ha sido estudiada en las comisiones técnicas de la mano de especialistas invitados por el propio Gobierno".