En un acto habitualmente muy ajustado al protocolo, como es la celebración de los patronos de la Policía Nacional, ayer se introdujo un acto espontáneo y emotivo. El ovetense Manuel Sordo Noriega, de 71 años, acudió al Auditorio Príncipe Felipe con un ramo de flores para Carmen Viejo Fernández, agente de la Policía Nacional que le salvó la vida el día de Navidad de 2016. El hombre había sufrido un desvanecimiento en la calle Fernando Alonso (antes Capitán Almeida), y la agente, que no estaba de servicio, le practicó una reanimación cardiopulmonar que fue decisiva para sacarle adelante.

"Vivimos en el mismo barrio, pero no nos conocíamos. Yo regresaba a mi casa de celebrar la Navidad con mi familia, como a las ocho de la tarde, y el destino quiso que me cruzara con él. Le hice la reanimación, llamé a mis compañeros de la zona, porque estaba aglomerándose mucha gente, y avisé a los servicios sanitarios", relató ayer Carmen Viejo, al final del acto.

La sala del Auditorio se vio contagiada por la emoción que embargó a los protagonistas de este lance cuando Manuel Sordo entregó las flores a su benefactora. "Ahora ya tengo una persona más a la que felicitar las Navidades", subrayó la policía. "Toda la vida estaremos agradecidos a Carmen por lo que hizo por mi padre", proclamó Manuel Sordo hijo.