La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El gamo, rey del Sueve

El periodo de celo de una de las especies de cérvidos más abundantes en la sierra oriental, atractivo turístico del otoño

Panorámica de la costa colunguesa bajo la niebla en plena ascensión al Pienzu J. F. P. / C. J.

La ronca del gamo es uno de esos episodios que desmontan tópicos sobre la belleza y el lirismo en la naturaleza. Es un ritual en todo equivalente a la berrea del ciervo -peleas y desafíos entre machos para cubrir a los grupos de hembras- excepto, quizá, en la belleza y la contundencia de las voces. Aunque esto va en gustos. Para disfrutar de la ronca no hay más remedio que adentrarse en la sierra del Sueve, pues los animales suelen estar siempre en la zona del bosque de tejos. Es su principal hábitat en el Principado. El último censo de la Consejería de Desarrollo Rural señalaba que en el Sueve conviven en la actualidad 700 gamos.

El celo de ésta y otras especies de fauna se convierte en un poderoso atractivo turístico en el otoño en la comarca oriental, donde varias entidades organizan salidas para presenciar el apareamiento del ciervo (berrea) y del gamo (ronca). El esplendor cromático de los bosques en esta época lo convierte en una experiencia única. El centro de interpretación de la sierra del Sueve, en la localidad colunguesa de Gobiendes, organizó el pasado fin de semana -y repite éste- una salida para escuchar la ronca del gamo. Aunque se metió la niebla, no enfrió ni llovió, y el recorrido, de 16 kilómetros, desde el mirador del Fitu hacia el Pienzu, bajando por Gobiendes, a través del tejedal del Sueve -con un desnivel de subida de 560 metros y 1.100 de bajada-, resultó altamente fructífero. Hasta 40 ejemplares avistados. Como guías, el biólogo Juancho Aspra y el gerente del centro de interpretación del Sueve, Julio Fernández, fueron los responsables de descubrir a los participantes cómo realizar un avistamiento óptimo.

El grupo se coloca a una distancia prudencial para ver y escuchar a los gamos roncando. A ser posible, tras un árbol, agachados, en silencio. Comienza el espectáculo. Un gruñido gutural primero y después el sonido de las astas, como paletas de hueso, que restallan al chocar entre sí. La primera semana suele ser de mucha actividad para los ejemplares grandes, los que primero empiezan a montar, y, según van perdiendo energía, va quedando lo que resta para los jóvenes. No es extraño, cuenta Fernández Peón, partidario de que este tipo de salidas se hagan con personal cualificado, que los gamos lleguen a acercarse, como desafiantes, a escasa distancia de un grupo de personas cuando se cruzan en una campera. No obstante, la tendencia habitual al primer clic de una cámara de fotos es que el animal huya. Los cambios en su escudo anal, uno de los más elaborados de entre los cérvidos, consistente en una gran mancha blanca limitada a cada lado por una línea vertical negra, sirven para dar aviso al resto de la manada de la proximidad de una amenaza.

Los interesados en realizar la actividad este fin de semana pueden solicitar más información en el teléfono 655809773 y en el correo info@sierradelsueve.es. La salida de mañana arrancará a las 09.30 horas en el Alto de la Llama.

Compartir el artículo

stats