Algunas escenas tendrían algo de cómico si no entrañaran serios riesgos para la salud. Un ejemplo reciente: una madre y una hija circulan por varios aeropuertos españoles -en general, por los más pequeños y menos vigilados- con una maleta cargada de 90 envases de hormona del crecimiento. Otro ejemplo: una persona que teóricamente viaja a Sitges para pasar unos días es descubierto cuando transporta en su maleta 80 frascos de sustancias prohibidas; le pillan con las manos en la masa y él solicita, casi implora, que le permitan quedarse al menos con tres envases. El hombre aseguraba que se trataba de productos cosméticos inyectables para uso personal.

Anabolizantes, viagra, productos para adelgazar... Son algunos casos y sustancias que ilustran el creciente fenómeno de la falsificación de medicamentos y productos farmacéuticos, que ayer fue analizado en una jornada celebrada en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, bajo la organización del Colegio de Farmacéuticos de Asturias.

Ana Sánchez, responsable de salud y alimentación de la organización de consumidores OCU, señaló que, a la hora de realizar búsquedas de medicamentos a través de internet -gran canal y principal contenedor para los productos sanitarios falsificados-, las páginas mejor posicionadas suelen ser las que ofrecen productos más fraudulentos.

Durante el programa de ponencias, el sector farmacéutico español -la distribución y la red de farmacias- destacó su papel como garantes contra los fármacos falsos. "Los usuarios deben aprovechar la accesibilidad de las farmacias, y asumir que los productos que están fuera de control constituyen un grave problema de salud pública", subrayó Belén González-Villamil, presidenta de los farmacéuticos asturianos. En términos muy similares se pronunció Jesús Aguilar Santamaría, presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.

Entre tanto, el consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, se presentó como hijo, hermano y padre de farmacéuticos, y esgrimió una estadística difundida tiempo atrás por la Organización Mundial de la Salud (OMS): "Más del 50 por ciento de los medicamentos que se venden a través de internet son falsificados". Por aquel entonces, este mercado movía, sólo en Estados Unidos, unos 75.000 millones de dólares anuales.

El asturiano Eladio González Muñoz, presidente de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar), hizo hincapié en que el binomio que configuran las empresas distribuidoras y las oficinas de farmacia "sirve de barrera a la entrada de medicamentos falsificados en el canal legal de distribución, un canal seguro y de garantías que se contrapone a las webs ilegales".

Desde la Agencia Española del Medicamento, su jefa de Inspección y Control Farmacéutico, Belén Escribano, indicó que "la falsificación puede empezar por el principio activo del fármaco". Cristina Batlle, jefa de área de Sanidad y Política Social en Cataluña (encuadrada en la Delegación del Gobierno) citó los ejemplos que abren estas líneas y relató los episodios reales que desempeñan "las mafias que buscan es el lucro". El abogado Mariano Avilés, experto en derecho farmacéutico, puso de relieve que la falsificación de medicamentos "roza la perfección que pueden alcanzar los falsificadores de billetes".