Los llagareros tratan de apaciguar los ánimos entre los cosecheros llamándoles a la calma porque la temporada de manzana de sidra no ha hecho más que empezar. Los segundos temen que con una cosecha tan grande como la de este año, de récord como la de 2015, no tengan a quién vender la fruta. El problema se agrava porque hay demasiada sidra aún sin vender en las bodegas. Creen que la solución pasa por controlar la vecería (alternancia de buenas cosechas en los frutales) y hasta los propios llagareros llaman a consumir manzana de Asturias, sobre todo, en años de abundancia.

"Técnicamente el problema es grave. Hay que corregir la vecería. Es la madre de todos los males", afirma el llagarero maliayés Tino Cortina, que además es presidente del consejo regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sidra de Asturias. Hace referencia a la alternancia en la producción del manzano, pues, sobre todo en las pumaradas tradicionales, da en abundancia un año -generalmente en los impares- pero casi nada al siguiente. Es cuando los elaboradores de la bebida regional dicen que se ven obligados a comprar materia prima fuera y afirman que en la siguiente campaña, aunque compren menos, tienen compromisos de adquirir cierta cantidad. Si se controla la vecería no tendrían que ir a por ella fuera. Aunque quienes critican la compra de manzana no asturiana defienden que es por una razón económica que muchos no quieren reconocer. Comprar un kilo fuera de Asturias cuesta unos 0,24 euros, mientras que en bodega, pagan por la de la región unos 0,28 euros (0,25 si la recogen en la pumarada). La manzana de DOP puede llegar a los 0,33 euros.

Tino Cortina destaca que ya en 2015, cuando los llagareros se vieron desbordados con tanta manzana, "ya era una cosecha histórica", de las que los de más edad sólo recordaban un par de ellas en los últimos 60 años. "Pensábamos que no se iba a repetir una tan fuerte y la de este año es bastante similar", explica el llagarero. Lo atribuye a que la metereología fue benévola para los manzanos y a que "están en plena producción fincas que se plantaron entre 2000 y 2005". Cortina agrega que aunque los llagares tienen una capacidad de producción, van a "hacer un esfuerzo para mayar todo lo posible", como ya ocurrió en 2015, de ahí que tengan aún sidra en la bodega pues, además, el mal tiempo de este verano tampoco animó demasiado las ventas. Al igual que el resto de elaboradores llama a la calma y a recoger la manzana cuando esté en su punto óptimo de maduración y no apurarse a quitarla antes de tiempo para llevarla cuanto antes al llagar.

Reconoce que hay "incertidumbre sobre los kilos que se mayarán de DOP", pues este año se han incorporado diez elaboradores más. Uno de ellos es Samuel Trabanco. "Mis cosecheros pueden dormir tranquilos porque nunca les dejé la manzana y este año se la recogeré a todos". Él fue uno de los llagareros que más se esforzó en 2015 para que no quedara fruta en las pumaradas. Pide que se respete la maduración y defiende la manzana asturiana: "si mayamos lo de aquí, no sobra ni un kilo". Agrega que si las produciones fueran más regulares tampoco habría compromisos con los cosecheros de fuera de Asturias. "En año de cosecha hay que mayar lo de aquí y empezar a consumir lo nuestro, más DOP", concluye Trabanco.