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Asturias perdió tres de cada diez euros de ingresos para investigación desde 2008

La Conferencia de Rectores aconseja elevar los recursos de la empresa privada y del extranjero para atajar la merma en la financiación pública

Emilio Martínez Pañeda, doctor por la Universidad de Oviedo, se convirtió en el primer español en recibir el "Acta Student Award" de la Sociedad Americana de Materiales. LNE

Los ingresos para investigación en la Universidad de Oviedo retrocedieron un 31% entre 2008 y 2015. Además, Asturias, la segunda región donde menos aumentó la financiación autonómica a su Universidad. Esta es el panorama económico que se desprende del informe "La Universidad española en cifras 2015-15" elaborado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) que reúne esta tarde en Madrid a su asamblea general.

Entre los factores que atribuye la CRUE a esa merma en los recursos, que afecta de manera especial a las universidades de Extremadura (-66,89%), Islas Baleares (-49,92%), Canarias (-45,71%), Navarra (-43,56%), Castilla La Mancha (-41,55%), Andalucí (-37,91%) y Asturias (-31,21%), se sitúa el perfil técnico-científico de las plantillas, el grado de envejecimiento, la tasa de participación del personal docente e investigador en el desempeño investigador y el propio contexto socioeconómico donde está ubicada cada institución. En todo caso, aconseja el órgano de coordinación e interlocución de todos los rectores, ante la evolución de los últimos años, que cada vez se hace más necesario que las respectivas universidades aumenten la captación de financiación, al tiempo que tratan de diversificar sus agentes financiadores procurando una mayor presencia de la financiación privada y de la financiación procedente del extranjero.

Al mismo tiempo, añade la CRUE, se hace preciso, en el corto plazo, modificar los criterios que vienen aplicándose para la asignación de recursos destinados a satisfacer los costes indirectos de la actividad investigadora. Para el medio plazo, sugieren los rectores, conviene concretar los instrumentos destinados a financiar los gastos estructurales del desempeño investigador que en la actualidad están dificultando, en determinados casos, incluso impidiendo, alcanzar el equilibrio financiero en los presupuestos de un importante número de universidades públicas.

Existen diferencias claras igualmente en los niveles de financiación pública que cada una de ellas recibe anualmente del presupuesto público de su correspondiente comunidad autónoma. Estas diferencias, que han estado presentes desde que en el año 1996 finalizó el traspaso de competencias, son observables tanto en los años de crecimiento económico como en la etapa de recesión. Así, en el caso concreto de Asturias, las trasferencias de la comunidad autónoma a su universidad en 2008 eran de 139 millones de euros y en 2015 se redujo a 128. El contrato programa anunciado para los próximos cinco años, de 20 millones, se considera ya, de inicio, escaso para las perspectivas de la institución.

La Conferencia de Rectores admite que no es posible hallar argumentos objetivos que puedan explicar todos estos cambios más allá de la discrecionalidad del organismo financiador y de las iniciativas del profesorado en la captación de financiación para el desarrollo de su actividad investigadora. En el conjunto de la Universidad española la evolución ha sido desigual: con aumentos en los años de expansión económica y retrocesos en los años de recesión. A nivel de comunidades autónomas se puede apreciar cómo, con independencia del ciclo económico, Aragón, Cantabria, Cataluña, Valencia, Galicia, Madrid y País Vasco, presentan una considerable estabilidad y la participación de los ingresos de la investigación en el total de los ingresos de operaciones no financieras se sitúa en porcentajes superiores a la media.

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